Tres tripulantes salvan la vida tras pasar 18 horas flotando agarrados a una caja de madera
La caja de madera donde se guardaban las sardinas que utilizaban como cebo de pesca, es lo único a lo que se pudieron agarrar los tres tripulantes de la embarcación “Ricardo” que se hundió en la tarde de ayer a 9 millas frente al Cabo la Nao. Tras 18 horas flotando en alta mar un velero con bandera francesa divisaba a los tres náufragos y los subía a bordo.
La embarcación “Ricardo”, una motora de 7 metros Faeton 730 Moraga, zarpó ayer desde su puerto base en Moraira. A bordo los tres tripulantes se disponían a pasar una intensa jornada de pesca. Alrededor de las 17 horas y por causas que se desconocen, la embarcación hizo aguas y en apenas “segundos” según las declaraciones del patrón, la embarcación se fue a pique.
Los tripulantes tuvieron que saltar al agua sin chalecos salvavidas: “Acabábamos de pescar un enorme atún que había sacado toda la línea del carrete, cuando cambiamos las cañas de lugar para sacar la pieza vimos que la bañera de la barca ya se había inundado en gran parte y la fuerza de la picada del propio atún hizo que la popa bajara todavía más y eso terminó por hacer que el agua del mar entrara de repente y el barco se hundió en 30 segundos, no me dio tiempo a nada, ni siquiera a coger los chalecos salvavidas”.
Una caja de madera, utilizada para guardar las sardinas de cebo para la pesca, fue a lo único que pudieron agarrarse los tres náufragos. En ella permanecieron 18 horas flotando sin saber si los localizarían. “Durante todo este tiempo algunos barcos pasaron muy cerca de nosotros sin vernos” declaraba el patrón de la motora.
![[Img #28228]](upload/img/periodico/img_28228.jpg)
Localizados a 25 millas del lugar del hundimiento
Por fortuna un velero de bandera francesa a 15 millas frente a las costas de Gandía/Cullera, los divisó y dio aviso a las autoridades, siendo trasladados al puerto de Moraira, donde les esperaban los familiares. Habían recorrido 25 millas marítimas flotando a la deriva desde que se hundiera la embarcación a 9 millas frente al Cabo la Nao.
![[Img #28226]](upload/img/periodico/img_28226.jpg)
La felicidad y las lágrimas de preocupación fueron visibles en el momento del encuentro.
![[Img #28227]](upload/img/periodico/img_28227.jpg)
Los tres hombres acudieron al centro de salud para una revisión y tan solo se les apreció a dos de ellos, síntomas de cansancio, una ligera hipotermia y entumecimiento de las piernas, tras este incidente que en esta ocasión ha tenido un final feliz.
La embarcación “Ricardo”, una motora de 7 metros Faeton 730 Moraga, zarpó ayer desde su puerto base en Moraira. A bordo los tres tripulantes se disponían a pasar una intensa jornada de pesca. Alrededor de las 17 horas y por causas que se desconocen, la embarcación hizo aguas y en apenas “segundos” según las declaraciones del patrón, la embarcación se fue a pique.
Los tripulantes tuvieron que saltar al agua sin chalecos salvavidas: “Acabábamos de pescar un enorme atún que había sacado toda la línea del carrete, cuando cambiamos las cañas de lugar para sacar la pieza vimos que la bañera de la barca ya se había inundado en gran parte y la fuerza de la picada del propio atún hizo que la popa bajara todavía más y eso terminó por hacer que el agua del mar entrara de repente y el barco se hundió en 30 segundos, no me dio tiempo a nada, ni siquiera a coger los chalecos salvavidas”.
Una caja de madera, utilizada para guardar las sardinas de cebo para la pesca, fue a lo único que pudieron agarrarse los tres náufragos. En ella permanecieron 18 horas flotando sin saber si los localizarían. “Durante todo este tiempo algunos barcos pasaron muy cerca de nosotros sin vernos” declaraba el patrón de la motora.
Localizados a 25 millas del lugar del hundimiento
Por fortuna un velero de bandera francesa a 15 millas frente a las costas de Gandía/Cullera, los divisó y dio aviso a las autoridades, siendo trasladados al puerto de Moraira, donde les esperaban los familiares. Habían recorrido 25 millas marítimas flotando a la deriva desde que se hundiera la embarcación a 9 millas frente al Cabo la Nao.
La felicidad y las lágrimas de preocupación fueron visibles en el momento del encuentro.
Los tres hombres acudieron al centro de salud para una revisión y tan solo se les apreció a dos de ellos, síntomas de cansancio, una ligera hipotermia y entumecimiento de las piernas, tras este incidente que en esta ocasión ha tenido un final feliz.
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