Jose Luis Chaparro ganador del 1er concurso de Microrrelatos de la Escola d´Adults con “Memorias de un viejo solitario”
Dentro de las actividades programadas por la EPA para este trimestre del curso se ha realizado la primera edición del concurso de Microrrelatos, con una extensión no superior a las 300 palabras, que como característica la organización del concurso propuso una frase con la que los participantes deberían continuar: “Todo empezó aquella noche de verano…”.
El Relato ganador, “Memorias de un viejo solitario”, toca el tema de la Guerra Civil española desde la mirada de los abuelos y transmitiendo sus conocimientos a las siguientes generaciones.
El ganador del concurso, José Luis Chaparro, nació en Sevilla hace 56 años, aunque en la actualidad reside en la provincia de Badajoz. Funcionario de profesión, en octubre de 2015 participó en su primer concurso literario obteniendo el I Premio en el XXV Concurso Literario “Policía de Albacete”. Aquel jurado le animó a seguir escribiendo y desde entonces ha sido reconocido con el I Premio XVI Concurso de Cuentos Breves “Biblioteca Pública Sánchez Díaz”, I Premio I Concurso de Micro Relatos en Twitter “Escribir para incluir”, 2º Premio V Concurso Internacional de Microrrelatos “Viaja en el tiempo con tu Heroína”, 2º Premio XVI Certamen Literario Villa de Marchena "Memorial Rosario Martín", I Finalista II Concurso de Microrrelatos “Ayuntamiento de Godella”, I Finalista V Concurso “Marzo Relatos” Ayuntamiento de Espartinas, Ganador, I Finalista y 2º Finalista del I Concurso de Microrrelatos “Micrología Literrante”, y 4º Accésit en el VIII Certamen de Memoria Poesía “María Pilar Escalera Martínez Internacional”, entre otros galardones. Sus trabajos han sido editados en más de un centenar de Antologías Literarias tanto en prosa como en verso.
En esta primera edición del concurso, se han recibido 20 microrrelatos, tanto de la comarca de la Marina Alta, como de Valencia, La Rioja, Jaén, Pontevedra, Argentina y Colombia.
MEMORIAS DE UN VIEJO SOLITARIO
Todo empezó aquella noche de verano. Mi anciano abuelo aprovechó que
nos encontrábamos solos para desahogarse, contándome una historia.
-Tu abuela no quería que contase “batallitas” -dijo excusándose.
-¡Pero yo si quiero oírlas! -respondí.
La historia de cómo él y mi abuela consiguieron sobrevivir juntos a
una guerra cruel y sin sentido. De cómo fueron testigos de asesinatos
sin piedad por venganzas personales. Del temor a que en cualquier
momento vinieran a por ellos y a por sus hijos -mis tíos y mi madre-,
por el simple hecho de seguir vivos. Me narraba con todo detalle, cómo
repartían un mísero trozo de pan para evitar morir de hambre y cómo se
escondían cuando se acercaba algún extraño, por temor a que viniera
con malas intenciones. Cómo desaparecían amigos y familiares en medio
de la noche, para nunca regresar. De cadáveres abandonados por las
calles…
También se quejaba del olvido al que toda su generación había sido condenada.
-¡Ahora somos un estorbo! -decía- ¡Como si hubiésemos sido los
culpables! ¡Sólo queríamos vivir en paz! ¡No era nuestra guerra!
-Y tú, abuelo... ¿Qué ideología tenías? ¿A qué bando pertenecías? -Me
atreví a preguntar.
-¿Ideología? ¿Bando? ¡Al bando de los que querían seguir viviendo!
¡Nunca tuvimos enemigos! ¡Nunca hicimos daño a nadie! Pero eso no
importaba, como no importa en ninguna otra guerra…
Al prestarle atención supe que aquel anciano había sido un desconocido
para mí, al que antes tampoco me había preocupado por conocer.
Mirando al frente sentenció:
-Vosotros tenéis la obligación de impedir que un horror así vuelva a
repetirse.
Aquel día pude apreciar en su rostro las marcas del sufrimiento, donde
antes sólo había visto arrugas. Comprendí que me encontraba ante
alguien valiente y digno de admiración. ¡Aprendí a mirarlo de otra
forma!
Y todo empezó aquella noche de verano...
******FIN******
El Relato ganador, “Memorias de un viejo solitario”, toca el tema de la Guerra Civil española desde la mirada de los abuelos y transmitiendo sus conocimientos a las siguientes generaciones.
El ganador del concurso, José Luis Chaparro, nació en Sevilla hace 56 años, aunque en la actualidad reside en la provincia de Badajoz. Funcionario de profesión, en octubre de 2015 participó en su primer concurso literario obteniendo el I Premio en el XXV Concurso Literario “Policía de Albacete”. Aquel jurado le animó a seguir escribiendo y desde entonces ha sido reconocido con el I Premio XVI Concurso de Cuentos Breves “Biblioteca Pública Sánchez Díaz”, I Premio I Concurso de Micro Relatos en Twitter “Escribir para incluir”, 2º Premio V Concurso Internacional de Microrrelatos “Viaja en el tiempo con tu Heroína”, 2º Premio XVI Certamen Literario Villa de Marchena "Memorial Rosario Martín", I Finalista II Concurso de Microrrelatos “Ayuntamiento de Godella”, I Finalista V Concurso “Marzo Relatos” Ayuntamiento de Espartinas, Ganador, I Finalista y 2º Finalista del I Concurso de Microrrelatos “Micrología Literrante”, y 4º Accésit en el VIII Certamen de Memoria Poesía “María Pilar Escalera Martínez Internacional”, entre otros galardones. Sus trabajos han sido editados en más de un centenar de Antologías Literarias tanto en prosa como en verso.
En esta primera edición del concurso, se han recibido 20 microrrelatos, tanto de la comarca de la Marina Alta, como de Valencia, La Rioja, Jaén, Pontevedra, Argentina y Colombia.
MEMORIAS DE UN VIEJO SOLITARIO
Todo empezó aquella noche de verano. Mi anciano abuelo aprovechó que
nos encontrábamos solos para desahogarse, contándome una historia.
-Tu abuela no quería que contase “batallitas” -dijo excusándose.
-¡Pero yo si quiero oírlas! -respondí.
La historia de cómo él y mi abuela consiguieron sobrevivir juntos a
una guerra cruel y sin sentido. De cómo fueron testigos de asesinatos
sin piedad por venganzas personales. Del temor a que en cualquier
momento vinieran a por ellos y a por sus hijos -mis tíos y mi madre-,
por el simple hecho de seguir vivos. Me narraba con todo detalle, cómo
repartían un mísero trozo de pan para evitar morir de hambre y cómo se
escondían cuando se acercaba algún extraño, por temor a que viniera
con malas intenciones. Cómo desaparecían amigos y familiares en medio
de la noche, para nunca regresar. De cadáveres abandonados por las
calles…
También se quejaba del olvido al que toda su generación había sido condenada.
-¡Ahora somos un estorbo! -decía- ¡Como si hubiésemos sido los
culpables! ¡Sólo queríamos vivir en paz! ¡No era nuestra guerra!
-Y tú, abuelo... ¿Qué ideología tenías? ¿A qué bando pertenecías? -Me
atreví a preguntar.
-¿Ideología? ¿Bando? ¡Al bando de los que querían seguir viviendo!
¡Nunca tuvimos enemigos! ¡Nunca hicimos daño a nadie! Pero eso no
importaba, como no importa en ninguna otra guerra…
Al prestarle atención supe que aquel anciano había sido un desconocido
para mí, al que antes tampoco me había preocupado por conocer.
Mirando al frente sentenció:
-Vosotros tenéis la obligación de impedir que un horror así vuelva a
repetirse.
Aquel día pude apreciar en su rostro las marcas del sufrimiento, donde
antes sólo había visto arrugas. Comprendí que me encontraba ante
alguien valiente y digno de admiración. ¡Aprendí a mirarlo de otra
forma!
Y todo empezó aquella noche de verano...
******FIN******

























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