Si te dicen que no sabes pintar, ¡Pinta!
¿A quién no le han dicho eso de “no sabes” o “es muy difícil llegar donde quieres llegar”?
Desgraciadamente este tipo de opiniones o pseudoconsejos son mucho más recurrentes en nuestras conversaciones de lo que deberían serlo, ya que el ser humano tenemos una inconsciente y devastadora costumbre de cortar las alas aquellos que nos rodean.
Es cierto que no todas las personas vemos la vida de la misma manera (algo que nos enriquece como sociedad) y dentro de todo el grupo podríamos distinguir dos tipos de personas: las inconformistas impulsadas por la ambición y las personas que se basan en la ley del mínimo esfuerzo.
De estos dos grupos podríamos hacer más subgrupos que irían desde las personas que quieren llegar a la cima pasando por encima de quien sea hasta las personas que viven en una eterna posición de una parasitaria apatía.
No obstante, cada uno de nosotros debemos saber cuáles son nuestros límites y hasta donde podemos crecer en la vida, tanto profesional como personalmente y luchar con las herramientas que dispongamos por conseguir aquello que deseamos alcanzar. Hay que ser analítico con la realidad, pero no dejarnos en mano de ella.
Independientemente de la actitud con la que le bailes a la vida, no dediques más tiempo del que se merece a las opiniones que te resten, simplemente escucha, piensa, quédate con lo positivo y sigue bailando.
Y es que es necesario que eduquemos a los demás y a nosotros mismo en creer en las capacidades de las personas y no en sus limitaciones, aprendamos a valorar y fomentar el crecimiento personal y profesional de las personas y no a vetarlo.
El primer paso para llegar al éxito es creer en ti mism@
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad
Desgraciadamente este tipo de opiniones o pseudoconsejos son mucho más recurrentes en nuestras conversaciones de lo que deberían serlo, ya que el ser humano tenemos una inconsciente y devastadora costumbre de cortar las alas aquellos que nos rodean.
Es cierto que no todas las personas vemos la vida de la misma manera (algo que nos enriquece como sociedad) y dentro de todo el grupo podríamos distinguir dos tipos de personas: las inconformistas impulsadas por la ambición y las personas que se basan en la ley del mínimo esfuerzo.
De estos dos grupos podríamos hacer más subgrupos que irían desde las personas que quieren llegar a la cima pasando por encima de quien sea hasta las personas que viven en una eterna posición de una parasitaria apatía.
No obstante, cada uno de nosotros debemos saber cuáles son nuestros límites y hasta donde podemos crecer en la vida, tanto profesional como personalmente y luchar con las herramientas que dispongamos por conseguir aquello que deseamos alcanzar. Hay que ser analítico con la realidad, pero no dejarnos en mano de ella.
Independientemente de la actitud con la que le bailes a la vida, no dediques más tiempo del que se merece a las opiniones que te resten, simplemente escucha, piensa, quédate con lo positivo y sigue bailando.
Y es que es necesario que eduquemos a los demás y a nosotros mismo en creer en las capacidades de las personas y no en sus limitaciones, aprendamos a valorar y fomentar el crecimiento personal y profesional de las personas y no a vetarlo.
El primer paso para llegar al éxito es creer en ti mism@
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad

























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