Primeras críticas ciudadanas por las obras de la calle Doctor Calatayud
A mediados de enero de este año, arrancaban las obras de la calle Doctor Calatayud en Moraira, con una inversión de 232.832,50 euros con el objeto de mejorar el entorno urbano para favorecer el fomento y la accesibilidad a las actividades comerciales y mejorar su imagen, entre otras actuaciones. Transcurridos dos meses de obras los ciudadanos ya empiezan a quejarse de algunos aspectos concretos de esta actuación.
La entrada a la calle Doctor Calatayud ya no será la misma que antaño. El cambio ya se puede apreciar antes de que la obra esté finalizada. El estrechamiento en la entrada a la principal arteria de Moraira es más que notable.
Con 3,45 metros de anchura, entre bordillo y bordillo, como se aprecia en la fotografía que acompañamos, donde apenas si cabe una hormigonera, la maniobra de los vehículos de gran tonelaje como los camiones de basura que realizan su servicio al paso por esta calle, al menos se prevé a partir de ahora complicada.
Pero no es esa la principal queja. Los vecinos no las tienen todas consigo, cuando toca hablar de fiestas.
Los Moros y Cristianos, las mismas fiestas patronales y otros múltiples actos festivos que se realizan en esa vía principal, tendrán a partir de ahora una dificultad añadida.
Los desfiles, bien sean de filaes, bandas de música, etc., que antes se exhibían con todo su esplendor justo en esta ubicación, ahora tendrán que "comprimirse" -al igual que cuando llegan al final de la calle- debido a su estrechez.
Respecto a las carrozas con esta nueva entrada, poco tenemos que añadir nosotros que no se imaginen ya nuestros lectores.
Y es que la obviedad cae por su propio peso. Es como si el equipo de gobierno de un ayuntamiento aprobará la finalización de la construcción de un Auditorio con capacidad para más de 600 personas y no tuviera parking debido a las prisas por terminar la obra motivado por la cercanía de unas elecciones locales.
La entrada a la calle Doctor Calatayud ya no será la misma que antaño. El cambio ya se puede apreciar antes de que la obra esté finalizada. El estrechamiento en la entrada a la principal arteria de Moraira es más que notable.
Con 3,45 metros de anchura, entre bordillo y bordillo, como se aprecia en la fotografía que acompañamos, donde apenas si cabe una hormigonera, la maniobra de los vehículos de gran tonelaje como los camiones de basura que realizan su servicio al paso por esta calle, al menos se prevé a partir de ahora complicada.
Pero no es esa la principal queja. Los vecinos no las tienen todas consigo, cuando toca hablar de fiestas.
Los Moros y Cristianos, las mismas fiestas patronales y otros múltiples actos festivos que se realizan en esa vía principal, tendrán a partir de ahora una dificultad añadida.
Los desfiles, bien sean de filaes, bandas de música, etc., que antes se exhibían con todo su esplendor justo en esta ubicación, ahora tendrán que "comprimirse" -al igual que cuando llegan al final de la calle- debido a su estrechez.
Respecto a las carrozas con esta nueva entrada, poco tenemos que añadir nosotros que no se imaginen ya nuestros lectores.
Y es que la obviedad cae por su propio peso. Es como si el equipo de gobierno de un ayuntamiento aprobará la finalización de la construcción de un Auditorio con capacidad para más de 600 personas y no tuviera parking debido a las prisas por terminar la obra motivado por la cercanía de unas elecciones locales.






















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