Las cosas por su nombre

Este pasado sábado, tuve la suerte y mala suerte de asistir al concierto del grupo de jazz Bourbon Street Stompers. Para empezar, observo en la portada del folleto del repertorio, la fecha EN INGLES y estamos y hablamos continuamente de integración con los residentes.

¿Integración en qué? Si ellos mismos fundan y gestionan sus clubes y asociaciones, usan nuestras instalaciones gratis, compran los productos de sus respectivos países, leen la prensa de su país y reciben subvenciones locales. ¿Para qué y en qué se van a integrar? El ayuntamiento les invita de vez en cuando -sobre todo antes de las elecciones- a almuerzos con el alcalde, reciben subvenciones, etc. Al final seremos los nacidos en el país los que tendremos que integrarnos.

Y continúo. Al final del concierto, se ofrece a los miembros del grupo, el detalle consistente en una botella de vino de la marca Estola con denominación -creo- Castilla-La Mancha.

Y me pregunto, ¿A santo de qué viene el presidente Fabra a Moraira para presentar una fiesta local muy relacionada con el vino? ¿Para que asisten los profesionales del sector a ferias lejanas, obtienen premios como el Manojo de Bronce -la Cooperativa San Vicente- y medalla de Oro en Lyon -Antonio Llobell- para después, ante centenares de residentes extranjeros se promueva una marca de vino ajena a nuestra comarca?

¿Acaso el municipio, abanderado por nuestro alcalde Antoni Joan Bertomeu, no está orgulloso de sus empresarios y los productos de calidad que elaboran con gran esmero?

No tiene mucho sentido viajar a Madrid para promocionar un producto local; nos gastamos cantidades respetables en su promoción y la promoción visual, gratis y con efectos en cascada se desecha por mala organización.

Cuando se les pregunte a los miembros del grupo sobre sus conciertos y la calidad de los locales donde actuaron en la en la Costa Blanca, exclamarán seguramente: "el auditorio Teulada-Moraira y el vino Estola" .De la mistela de Teulada, considerada una de las mejores del mundo, ni señal.

La persona, finalmente responsable, ¡ni está ni debería de estar!

Alejandro Llobell Dalmau