Moraira, tenemos un problema
El primer aviso lo dio este periódico a principios de junio, posteriormente a finales de ese mismo mes los sindicatos instaron al consistorio a iniciar una campaña informativa, y ni tan siquiera el "lavado de cara" con el que los políticos quisieron dar por zanjado el tema en el pleno celebrado a principios de julio, aprobando una modificación de la ordenanza reguladora de ocupación del dominio público consiguió acallar muchas voces críticas que ya advertían que esta última medida era tan solo un bomba de humo y que el mal, al menos para esta temporada estival, ya estaba hecho.
Efectivamente, la ocupación de las terrazas ha abierto un importante frente de difícil reparación en las fechas que nos encontramos. A un lado los empresarios que ven como están dejando de ingresar cientos de miles de euros por una ordenanza que muchos de los locales afectados por esta, califican de absurda, poniendo de manifiesto que esto también conlleva pérdida de puestos de trabajo. Un rápido ejemplo de una sola terraza con 4 mesas que tiene que cerrar a la 1 en lugar de a las 2 de la mañana, perdiendo de este modo la posibilidad de recaudar en una hora, una media de 80 euros (20 por mesa), en un solo mes, este negocio deja de ingresar 2.400 euros. Una cifra que habla por sí sola del daño que puede ocasionar en euros al conjunto de todos los negocios este verano de por sí duro...y no son 4 mesas precisamente.
¿Y ahora qué?
Si echamos la vista atrás, nuestro mayor momento de gloria turísticamente hablando fue en los tiempos en que en Teulada y Moraira convivían un gran número de discotecas y locales de ocio en general. Curiosamente todos hablan y recuerdan esos momentos como una época dorada de turismo de calidad. Una gran mayoría de quienes veraneaban en Moraira, lo hacían alquilados en los ya entonces numerosos chalets (Moraira en aquel entonces, no tenía tantos edificios residenciales como ahora). El ambiente por las noches, era increíble. La vida fluía por el callejero hasta altas horas de la madrugada. ¿Ruido? Sí, se hacía entonces y se hace ahora. Tal vez esa sea uno de los precios de ser un destino turístico de referencia, aunque esta referencia está cambiando a marchas forzadas.
Seamos realistas. Hemos dejado de ser "atractivos" para muchos veraneantes por nuestra falta de ocio nocturno en comparación con otros municipios costeros vecinos. Nuestros propios jóvenes eligen otras poblaciones para "pasarlo bien".
Una amplia mayoría de hosteleros han visto como sus ingresos año tras año ha ido mermando y el turismo de calidad ha dejado de serlo. A todo esto hay que sumarle que la política turística del municipio no ha sido todo lo beneficiosa que se esperaba.
Estamos estrangulado a la gallina de los huevos de oro y en lugar de aflojar la soga, parece que nuestro objetivo se encamina a matarla del todo.
Quizás debamos empezar a plantearnos si no hemos sido capaces de adaptarnos a la nueva situación turística y en lugar de buscar soluciones tan solo hemos querido ponerles puertas al campo. No se puede tapar el sol con un dedo.
Vicente Bolufer
El primer aviso lo dio este periódico a principios de junio, posteriormente a finales de ese mismo mes los sindicatos instaron al consistorio a iniciar una campaña informativa, y ni tan siquiera el "lavado de cara" con el que los políticos quisieron dar por zanjado el tema en el pleno celebrado a principios de julio, aprobando una modificación de la ordenanza reguladora de ocupación del dominio público consiguió acallar muchas voces críticas que ya advertían que esta última medida era tan solo un bomba de humo y que el mal, al menos para esta temporada estival, ya estaba hecho.
Efectivamente, la ocupación de las terrazas ha abierto un importante frente de difícil reparación en las fechas que nos encontramos. A un lado los empresarios que ven como están dejando de ingresar cientos de miles de euros por una ordenanza que muchos de los locales afectados por esta, califican de absurda, poniendo de manifiesto que esto también conlleva pérdida de puestos de trabajo. Un rápido ejemplo de una sola terraza con 4 mesas que tiene que cerrar a la 1 en lugar de a las 2 de la mañana, perdiendo de este modo la posibilidad de recaudar en una hora, una media de 80 euros (20 por mesa), en un solo mes, este negocio deja de ingresar 2.400 euros. Una cifra que habla por sí sola del daño que puede ocasionar en euros al conjunto de todos los negocios este verano de por sí duro...y no son 4 mesas precisamente.
¿Y ahora qué?
Si echamos la vista atrás, nuestro mayor momento de gloria turísticamente hablando fue en los tiempos en que en Teulada y Moraira convivían un gran número de discotecas y locales de ocio en general. Curiosamente todos hablan y recuerdan esos momentos como una época dorada de turismo de calidad. Una gran mayoría de quienes veraneaban en Moraira, lo hacían alquilados en los ya entonces numerosos chalets (Moraira en aquel entonces, no tenía tantos edificios residenciales como ahora). El ambiente por las noches, era increíble. La vida fluía por el callejero hasta altas horas de la madrugada. ¿Ruido? Sí, se hacía entonces y se hace ahora. Tal vez esa sea uno de los precios de ser un destino turístico de referencia, aunque esta referencia está cambiando a marchas forzadas.
Seamos realistas. Hemos dejado de ser "atractivos" para muchos veraneantes por nuestra falta de ocio nocturno en comparación con otros municipios costeros vecinos. Nuestros propios jóvenes eligen otras poblaciones para "pasarlo bien".
Una amplia mayoría de hosteleros han visto como sus ingresos año tras año ha ido mermando y el turismo de calidad ha dejado de serlo. A todo esto hay que sumarle que la política turística del municipio no ha sido todo lo beneficiosa que se esperaba.
Estamos estrangulado a la gallina de los huevos de oro y en lugar de aflojar la soga, parece que nuestro objetivo se encamina a matarla del todo.
Quizás debamos empezar a plantearnos si no hemos sido capaces de adaptarnos a la nueva situación turística y en lugar de buscar soluciones tan solo hemos querido ponerles puertas al campo. No se puede tapar el sol con un dedo.
Vicente Bolufer
Flopak | Jueves, 31 de Julio de 2014 a las 15:13:35 horas
Las peores vacaciones en muchos años... si lo sé voy a otro sitio, ruido, ruido y más ruido. si quisiera musica y copas me iria a Ibiza
Es intolerable que por 4 borrachos tengamos que pagar todos, seguro que los dueños de esos lugares típicos no viven en moraira.
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