Los niños USA y los cepillos de dientes
(Este artículo forma parte de la serie de un viaje a USA. Sep 2009)
Los
estadounidenses tendrán, como todo país, sus defectos; pero en lo que
es cuestión de tecnología, son punteros hasta límites insospechados. Por
ejemplo, ¿cómo hacen los americanos para que un niño se acostumbre a
cepillar los dientes?, ¿a base de límpiate los dientes porque… o vete al
cuarto de baño que sino… ?. No, los norteamericanos no emplean ni un
posible castigo ni teorías bucodentales; tiros sí, pero broncas… ni una.
Entonces, ¿qué utilizan?; pues lo que más conocen, o a lo mejor incluso
lo único que conocen, la tecnología. ¿Y cómo la utilizan?, pues vayamos
a un caso práctico y real.
Estaba un día en Beark Creek
(Texas), en la casa de mi amigo Kevin, cuando vi a su hijo Kylian que de
la boca le salían luces. Sí, le salían luces como si en vez de boca y
niño aquello fueran los fuegos del Apóstol o la Fallas. Pensé que, como
me acababa de levantar y era bastante temprano, y los periodistas lo de
levantarse pronto… pues como que no, creí, digo, que estaba soñando.
Pero
no, no estaba soñando, Kylian tenía luces de colores en la boca, muy
luminosas, como si se movieran. Así que me acerqué a él y, en efecto, de
entre sus dientes salían todo tipo de destellos. Terminó de cepillarse y
entonces pude comprobar de qué se trataba. Era un cepillo de dientes;
pero un cepillo muy especial porque al agarrarlo y apretarlo suavemente,
por todo el aparatejo se encendía minúsculas lucecillas durante un
minuto.
Después me explicaron que habían comprobado, vaya usted a
saber quién, seguro que algún sesudo grupo de científicos de una
Universidad de Oklahoma o de Iowa, que si un niño se acostumbraba a
cepillar los dientes durante un minuto lo haría toda su vida; pero para
ello hay que acostumbrarlo ¿y qué mejor forma que atraerlo con un
cepillo que al presionarlo se enciendan luces de colores y que el
renacuajo se sienta feliz al verlo y que lo identifique con limpiarse
los dientes?.
Y así era, Kylian todos los días, más que un
niño parecía una sesión de fuegos de artificio, con destellos para aquí
y para allá, como la iluminación de Navidad. Vamos, que en Estados
Unidos eso de utilizar el palillo… pues igual que el tema de los
periodistas y madrugar… como que no.
@manuelguisande
(Este artículo forma parte de la serie de un viaje a USA. Sep 2009)
Los estadounidenses tendrán, como todo país, sus defectos; pero en lo que es cuestión de tecnología, son punteros hasta límites insospechados. Por ejemplo, ¿cómo hacen los americanos para que un niño se acostumbre a cepillar los dientes?, ¿a base de límpiate los dientes porque… o vete al cuarto de baño que sino… ?. No, los norteamericanos no emplean ni un posible castigo ni teorías bucodentales; tiros sí, pero broncas… ni una. Entonces, ¿qué utilizan?; pues lo que más conocen, o a lo mejor incluso lo único que conocen, la tecnología. ¿Y cómo la utilizan?, pues vayamos a un caso práctico y real.
Estaba un día en Beark Creek
(Texas), en la casa de mi amigo Kevin, cuando vi a su hijo Kylian que de
la boca le salían luces. Sí, le salían luces como si en vez de boca y
niño aquello fueran los fuegos del Apóstol o la Fallas. Pensé que, como
me acababa de levantar y era bastante temprano, y los periodistas lo de
levantarse pronto… pues como que no, creí, digo, que estaba soñando.
Pero
no, no estaba soñando, Kylian tenía luces de colores en la boca, muy
luminosas, como si se movieran. Así que me acerqué a él y, en efecto, de
entre sus dientes salían todo tipo de destellos. Terminó de cepillarse y
entonces pude comprobar de qué se trataba. Era un cepillo de dientes;
pero un cepillo muy especial porque al agarrarlo y apretarlo suavemente,
por todo el aparatejo se encendía minúsculas lucecillas durante un
minuto.
Después me explicaron que habían comprobado, vaya usted a
saber quién, seguro que algún sesudo grupo de científicos de una
Universidad de Oklahoma o de Iowa, que si un niño se acostumbraba a
cepillar los dientes durante un minuto lo haría toda su vida; pero para
ello hay que acostumbrarlo ¿y qué mejor forma que atraerlo con un
cepillo que al presionarlo se enciendan luces de colores y que el
renacuajo se sienta feliz al verlo y que lo identifique con limpiarse
los dientes?.
Y así era, Kylian todos los días, más que un
niño parecía una sesión de fuegos de artificio, con destellos para aquí
y para allá, como la iluminación de Navidad. Vamos, que en Estados
Unidos eso de utilizar el palillo… pues igual que el tema de los
periodistas y madrugar… como que no.
@manuelguisande

























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.176