Una sana reflexión
Recuerdo una frase que se grabó en mi memoria con fuerza y que decía
así: "El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y
desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El
político hizo un gesto y desapareció el mago".
Esta pensamiento sin
duda invita a reflexionar de manera inmediata acerca del mundo en el que
nos ha tocado vivir, pero...no es la única.
Y es que a lo poco
que un busca hoy , nos podemos encontrar con autenticas joyas literarias
en pequeño formato, de texto muy breve.
Da lo mismo si quien es
el emisario de una frase es un dibujo en formato de realidad onírica,
como pueda ser la pequeña Mafalda, dibujada por Quino, que nos sorprende
con la siguiente afirmación: "A medio mundo le gustan los perros; y
hasta el día de hoy nadie sabe lo que quiere decir guau".
Que lo
mismo da si ese heraldo es un filosofo griego conocido como
Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.), cuando algunos entendidos aseguran
que de su boca salió eso de: "El castigo del embustero es no ser
creído, aún cuando diga la verdad".
Nada es superfluo.
-¿De qué murió?
- Se asfixió con las palabras que nunca dijo.
La
vida está llena de esos pequeños tesoros que día a día descubrimos. Las
redes sociales, es obvio, han servido como detonante donde mucha
gente comparte miles de frases, citas, reflexiones, proverbios...
Desde luego no seré yo quien diga que esto me parece farragoso.
"A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibra" -Winston Churchill.
Y sana, añadiría yo.
Recuerdo una frase que se grabó en mi memoria con fuerza y que decía
así: "El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y
desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El
político hizo un gesto y desapareció el mago".
Esta pensamiento sin
duda invita a reflexionar de manera inmediata acerca del mundo en el que
nos ha tocado vivir, pero...no es la única.
Y es que a lo poco
que un busca hoy , nos podemos encontrar con autenticas joyas literarias
en pequeño formato, de texto muy breve.
Da lo mismo si quien es
el emisario de una frase es un dibujo en formato de realidad onírica,
como pueda ser la pequeña Mafalda, dibujada por Quino, que nos sorprende
con la siguiente afirmación: "A medio mundo le gustan los perros; y
hasta el día de hoy nadie sabe lo que quiere decir guau".
Que lo
mismo da si ese heraldo es un filosofo griego conocido como
Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.), cuando algunos entendidos aseguran
que de su boca salió eso de: "El castigo del embustero es no ser
creído, aún cuando diga la verdad".
Nada es superfluo.
-¿De qué murió?
- Se asfixió con las palabras que nunca dijo.
La
vida está llena de esos pequeños tesoros que día a día descubrimos. Las
redes sociales, es obvio, han servido como detonante donde mucha
gente comparte miles de frases, citas, reflexiones, proverbios...
Desde luego no seré yo quien diga que esto me parece farragoso.
"A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibra" -Winston Churchill.
Y sana, añadiría yo.

























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