La bahía del Portet de Moraira agoniza
Desde hace unos años, esta hermosa bahía se convierte en
fondeadero y vertedero de gran cantidad de embarcaciones de recreo, que durante
los meses de verano y con las anclas destrozan las preciadas praderas de
"posidonias", comúnmente conocidas
como "algueres".
Estas son el pulmón del mar, dando cobijo a grandes
cantidades de peces, moluscos e invertebrados.
Hay fines de semana que se pueden llegar a encontrar un
centenar de embarcaciones, algunas de gran eslora, que cada vez que ponen en
marcha sus motores dejan sobre la superficie manchas de aceite y gasolina cuyo
olor, se percibe desde la misma orilla de la playa. A esta se le otorga
anualmente la Bandera Azul.
Sería conveniente saber cuáles son los requisitos para
obtenerla a parte de estar dotadas de WC químicos situados sobre la arena,
papeleras que por un uso y ubicación indebidas se convierten en contenedores
que despiden un hedor insoportable, lavapiés que dejan manar muchísimos metros
cúbicos de agua, tan deficitaria en la zona, carteles que explican todo y no
explican nada y un sinfín de cachivaches que afean la panorámica estética etc. ¿Y
respecto a la calidad de las aguas, que podríamos decir? puesto que la playa
entre otras cosas, uno va a tomar el baño; pues bien, no debe contar mucho.
Si se efectuasen los análisis de agua cuando la bahía esta
rebosante de embarcaciones, aceites, gasolinas y metales pesados como el plomo,
probablemente, la playa quedaría cerrada a los bañistas.
La solución está. Hace muchos años que otros municipios con
el mismo problema ya lo pusieron en práctica, no por miedo a perder la Bandera
Azul, sino porque sus playas eran el principal recurso económico del municipio
y temían una catástrofe.
Fondeo controlado y restringido. Así de fácil, con boyas ecológicas,
evitando de este modo el gran problema que causan las anclas sobre el fondo.
Mientras tanto aquí el consistorio no se decide a tomar una
solución definitiva, y que quede claro, que no se trata de una cuestión
económica, pues este remedio no resultaría nada caro.
Eso sí, la bahía va agonizando
José Chiarri Sanz
Desde hace unos años, esta hermosa bahía se convierte en
fondeadero y vertedero de gran cantidad de embarcaciones de recreo, que durante
los meses de verano y con las anclas destrozan las preciadas praderas de
"posidonias", comúnmente conocidas
como "algueres".
Estas son el pulmón del mar, dando cobijo a grandes cantidades de peces, moluscos e invertebrados.
Hay fines de semana que se pueden llegar a encontrar un
centenar de embarcaciones, algunas de gran eslora, que cada vez que ponen en
marcha sus motores dejan sobre la superficie manchas de aceite y gasolina cuyo
olor, se percibe desde la misma orilla de la playa. A esta se le otorga
anualmente la Bandera Azul.
Sería conveniente saber cuáles son los requisitos para
obtenerla a parte de estar dotadas de WC químicos situados sobre la arena,
papeleras que por un uso y ubicación indebidas se convierten en contenedores
que despiden un hedor insoportable, lavapiés que dejan manar muchísimos metros
cúbicos de agua, tan deficitaria en la zona, carteles que explican todo y no
explican nada y un sinfín de cachivaches que afean la panorámica estética etc. ¿Y
respecto a la calidad de las aguas, que podríamos decir? puesto que la playa
entre otras cosas, uno va a tomar el baño; pues bien, no debe contar mucho.
Si se efectuasen los análisis de agua cuando la bahía esta rebosante de embarcaciones, aceites, gasolinas y metales pesados como el plomo, probablemente, la playa quedaría cerrada a los bañistas.
La solución está. Hace muchos años que otros municipios con el mismo problema ya lo pusieron en práctica, no por miedo a perder la Bandera Azul, sino porque sus playas eran el principal recurso económico del municipio y temían una catástrofe.
Fondeo controlado y restringido. Así de fácil, con boyas ecológicas, evitando de este modo el gran problema que causan las anclas sobre el fondo.
Mientras tanto aquí el consistorio no se decide a tomar una solución definitiva, y que quede claro, que no se trata de una cuestión económica, pues este remedio no resultaría nada caro.
Eso sí, la bahía va agonizando
José Chiarri Sanz






















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