vería con buenos ojos que la ley obligara a que los altos cargos públicos tuvieran que acudir obligatoriamente a la sanidad pública
La ley de Chicote
"La ley de Chicote" es una premisa básica en referencia a un consejo
recurrente dado por el famoso chef televisivo a sus alumnos, y que es
casi de sentido común.
Podríamos enunciar esta ley en forma de pregunta:
¿Cómo
un cocinero, responsable de algo tan importante como lo es la
alimentación de cientas de personas al día va a ofrecer un buen nivel
gastronómico sino es probando periódicamente sus propios platos?
Tiene
lógica ¿No?. Ahora imaginemos que ese cocinero, un día decide renunciar
al Mascarpone para realizar su Tiramisú, y lo sustituye por un queso de
muy baja calidad y eso sí, muy barato. Y él no comería ese Tiramisú, es
sólo para sus clientes, el tiene buen paladar.
Esta situación es
equiparable a aquellos altos cargos públicos que recortan sin piedad en
sanidad con la total tranquilidad de acudir tanto ellos como sus
familias a las mejores consultas médicas privadas.
Considero que
si de alguna forma estos altos cargos, ministros, gabinete, altos
asesores, secretarios de estado, etc. tuvieran que hacer largas colas
para atenderse en urgencias, o tuvieran que lidiar con listas de espera
de meses para acudir a un especialista, quizás y solo quizás, les
temblaría un poco más el pulso a la hora de continuar precarizando los
servicios sanitarios. Se pensarían más eliminar servicios de urgencias,
privatizar la gestión de hospitales, limitar las oposiciones a personal
médico, o cualquier otra medida que comprometa su propia salud y la de
los suyos.
Podríamos decir lo mismo de aquellos gobernantes que
con una mano aprueban aumentar el ratio de alumnos por aula, limitar las
becas universitarias, y con la otra abonan las matrículas de sus hijos
en elitistas colegios y/o universidades privadas.
Personalmente,
vería con buenos ojos que la ley obligara a que los altos cargos
públicos tuvieran que acudir obligatoriamente a la sanidad pública.
Hipotéticamente podríamos plantear una medida similar en cuanto a enviar
a sus hijos a colegios públicos, al menos durante el tiempo en que
permanezcan en el cargo.
Pero tras proponer esta medidas, miro a
mi alrededor y me encuentro con la realidad, un Estado en el que el
inmigrante irregular no tiene derecho a tratamientos en hospitales
públicos y sin embargo el señor que nació en Italia y lleva corona (y
Corinna), se opera express de la cadera en la mejor de las clinicas
privadas, eso sí pagado por todos los ciudadanos.
"La ley de Chicote" es una premisa básica en referencia a un consejo
recurrente dado por el famoso chef televisivo a sus alumnos, y que es
casi de sentido común.
Podríamos enunciar esta ley en forma de pregunta:
¿Cómo
un cocinero, responsable de algo tan importante como lo es la
alimentación de cientas de personas al día va a ofrecer un buen nivel
gastronómico sino es probando periódicamente sus propios platos?
Tiene
lógica ¿No?. Ahora imaginemos que ese cocinero, un día decide renunciar
al Mascarpone para realizar su Tiramisú, y lo sustituye por un queso de
muy baja calidad y eso sí, muy barato. Y él no comería ese Tiramisú, es
sólo para sus clientes, el tiene buen paladar.
Esta situación es
equiparable a aquellos altos cargos públicos que recortan sin piedad en
sanidad con la total tranquilidad de acudir tanto ellos como sus
familias a las mejores consultas médicas privadas.
Considero que
si de alguna forma estos altos cargos, ministros, gabinete, altos
asesores, secretarios de estado, etc. tuvieran que hacer largas colas
para atenderse en urgencias, o tuvieran que lidiar con listas de espera
de meses para acudir a un especialista, quizás y solo quizás, les
temblaría un poco más el pulso a la hora de continuar precarizando los
servicios sanitarios. Se pensarían más eliminar servicios de urgencias,
privatizar la gestión de hospitales, limitar las oposiciones a personal
médico, o cualquier otra medida que comprometa su propia salud y la de
los suyos.
Podríamos decir lo mismo de aquellos gobernantes que
con una mano aprueban aumentar el ratio de alumnos por aula, limitar las
becas universitarias, y con la otra abonan las matrículas de sus hijos
en elitistas colegios y/o universidades privadas.
Personalmente,
vería con buenos ojos que la ley obligara a que los altos cargos
públicos tuvieran que acudir obligatoriamente a la sanidad pública.
Hipotéticamente podríamos plantear una medida similar en cuanto a enviar
a sus hijos a colegios públicos, al menos durante el tiempo en que
permanezcan en el cargo.
Pero tras proponer esta medidas, miro a
mi alrededor y me encuentro con la realidad, un Estado en el que el
inmigrante irregular no tiene derecho a tratamientos en hospitales
públicos y sin embargo el señor que nació en Italia y lleva corona (y
Corinna), se opera express de la cadera en la mejor de las clinicas
privadas, eso sí pagado por todos los ciudadanos.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.165