Al escuchar, nos distraemos con cosas que ocurren a nuestro alrededor
Te oigo, pero no te escucho…
Una investigación sugiere que recordamos entre un 25 y un 50 por ciento de lo que oímos. Eso significa que cuando hablamos con el jefe, colegas, clientes o la pareja durante 10 minutos, se presta atención a menos de la mitad de la conversación. Oímos, pero… ¿Sabemos escuchar?
La escucha activa está considerada como una de las habilidades más eficaces que facilitan la comunicación. Esta habilidad se refiere a escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.
La diferencia entre oír y escuchar es que; oír es simplemente percibir vibraciones de sonido, mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye.
La escucha activa significa por lo tanto, escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona. La falta de comunicación que se sufre hoy día se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás.
No solemos estar preparados para escuchar activamente ya que incluso los que saben no lo hacen todo el tiempo. Se requiere de un gran esfuerzo para hacerlo y es fácil caer en el hábito de escuchar pasivamente - que es escuchar las palabras, pero no realmente tratando de entender el significado de las mismas.
Cuando creemos que escuchamos:
Lamentablemente estamos tan ocupados y todo transcurre tan deprisa en nuestra sociedad, que apenas tenemos tiempo de prestar atención a las necesidades básicas, aquellas que nos hacen sentir realmente bien… vivimos a un ritmo frenético asumiendo el concepto de multitarea pensando que podemos escuchar y hacer otras actividades al mismo tiempo.
Al escuchar, nos distraemos con cosas que ocurren a nuestro alrededor. También solemos estar pensando en la respuesta que vamos a dar en lugar de concentrarnos completamente en el sentido de las palabras de quien nos habla. A veces no logramos mantener el contacto visual – lo cual demuestra que estamos desviando nuestra atención a otra cosa. En resumen, no participamos plenamente en la conversación.
A menudo no permitimos a una persona terminar de expresar su pensamiento u opinión, he interrumpimos la conversación con nuestros propios pensamientos y comentarios. A veces incluso terminamos sus oraciones por ellos generando sin saberlo en quien nos habla, un estado de frustración e incomprensión.
¿Cuántas veces has estado hablando con alguien que no te presta atención? estás hablando y te das cuenta de que la persona no está totalmente ahí. ¿Cómo te hace sentir eso? ¿Ese algo o alguien es más importante que lo que estás diciendo?
Técnicas de escucha activa:
Cuando se escucha a alguien, ya sea en una conversación entre dos o como miembro de un grupo, enfoca la atención completamente en el tema de la persona que está hablando. No dejar que la mente se disperse con cualquier cosa de alrededor o con los propios pensamientos.
Evitar las distracciones. Mantener la atención centrada en la persona y en lo que está diciendo. A menudo, cuando se habla con alguien es muy fácil distraerse con actividades que se realizan en torno a nosotros. Por ejemplo en una comida solemos desviar nuestra atención a alguien que pasa o a la conversación que tiene lugar en la mesa de al lado.
Mantener la atención en la conversación sin estar pensando en la respuesta que se va a dar. Tener contacto visual. Participar activamente. Dejar que el lenguaje corporal indique que se está escuchando. Eso puede ser un movimiento de cabeza o cualquier otro gesto que surge de forma natural cuando se está totalmente centrado en la conversación.
Dejar tiempo a la persona para terminar su oración antes de intervenir. Practicar el hábito del silencio; contar 1 - 2 - 3 antes de unirse a la conversación. Al hablar, expresar agradecimiento por el punto de vista. Esto no significa estar de acuerdo con lo escuchado. Entonces uno pasa a ser escuchado y si, a todos nos gusta ser escuchados.
Beneficios de la escucha activa:
El primero es que realmente vamos a comunicarnos. Si las dos partes en una conversión participan en la escucha activa, entonces cada persona va a entender a la otra persona y su posición. La buena comunicación es la base para una buena relación. No se puede tener una buena comunicación sin escucha activa.
Cuando se escucha activamente, se está honrando a la otra persona. Esto genera confianza. Escuchar atentamente hace que la gente se abra. Cuando sentimos que estamos siendo escuchados y comprendidos realmente, nos sentimos bien y más dispuestos a compartir nuestros verdaderos sentimientos.
Al escuchar con atención, podemos comprender plenamente el punto de vista de la otra persona. Aunque no siempre se esté de acuerdo. A menudo, esto evita el conflicto. El hecho de saber lo que una persona está pensando realmente y lo que está viviendo ayuda a entenderle mejor.
Para mejorar las relaciones - en casa, en el trabajo y con las amistades – es necesario aprender a escuchar activamente.
“La sabiduría viene de escuchar; de hablar, el arrepentimiento” (proverbio italiano)
Guadalupe Alcaide
Terapeuta transpersonal integral
Una investigación sugiere que recordamos entre un 25 y un 50 por ciento de lo que oímos. Eso significa que cuando hablamos con el jefe, colegas, clientes o la pareja durante 10 minutos, se presta atención a menos de la mitad de la conversación. Oímos, pero… ¿Sabemos escuchar?
La escucha activa está considerada como una de las habilidades más eficaces que facilitan la comunicación. Esta habilidad se refiere a escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.
La diferencia entre oír y escuchar es que; oír es simplemente percibir vibraciones de sonido, mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye.
La escucha activa significa por lo tanto, escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona. La falta de comunicación que se sufre hoy día se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás.
No solemos estar preparados para escuchar activamente ya que incluso los que saben no lo hacen todo el tiempo. Se requiere de un gran esfuerzo para hacerlo y es fácil caer en el hábito de escuchar pasivamente - que es escuchar las palabras, pero no realmente tratando de entender el significado de las mismas.
Cuando creemos que escuchamos:
Lamentablemente estamos tan ocupados y todo transcurre tan deprisa en nuestra sociedad, que apenas tenemos tiempo de prestar atención a las necesidades básicas, aquellas que nos hacen sentir realmente bien… vivimos a un ritmo frenético asumiendo el concepto de multitarea pensando que podemos escuchar y hacer otras actividades al mismo tiempo.
Al escuchar, nos distraemos con cosas que ocurren a nuestro alrededor. También solemos estar pensando en la respuesta que vamos a dar en lugar de concentrarnos completamente en el sentido de las palabras de quien nos habla. A veces no logramos mantener el contacto visual – lo cual demuestra que estamos desviando nuestra atención a otra cosa. En resumen, no participamos plenamente en la conversación.
A menudo no permitimos a una persona terminar de expresar su pensamiento u opinión, he interrumpimos la conversación con nuestros propios pensamientos y comentarios. A veces incluso terminamos sus oraciones por ellos generando sin saberlo en quien nos habla, un estado de frustración e incomprensión.
¿Cuántas veces has estado hablando con alguien que no te presta atención? estás hablando y te das cuenta de que la persona no está totalmente ahí. ¿Cómo te hace sentir eso? ¿Ese algo o alguien es más importante que lo que estás diciendo?
Técnicas de escucha activa:
Cuando se escucha a alguien, ya sea en una conversación entre dos o como miembro de un grupo, enfoca la atención completamente en el tema de la persona que está hablando. No dejar que la mente se disperse con cualquier cosa de alrededor o con los propios pensamientos.
Evitar las distracciones. Mantener la atención centrada en la persona y en lo que está diciendo. A menudo, cuando se habla con alguien es muy fácil distraerse con actividades que se realizan en torno a nosotros. Por ejemplo en una comida solemos desviar nuestra atención a alguien que pasa o a la conversación que tiene lugar en la mesa de al lado.
Mantener la atención en la conversación sin estar pensando en la respuesta que se va a dar. Tener contacto visual. Participar activamente. Dejar que el lenguaje corporal indique que se está escuchando. Eso puede ser un movimiento de cabeza o cualquier otro gesto que surge de forma natural cuando se está totalmente centrado en la conversación.
Dejar tiempo a la persona para terminar su oración antes de intervenir. Practicar el hábito del silencio; contar 1 - 2 - 3 antes de unirse a la conversación. Al hablar, expresar agradecimiento por el punto de vista. Esto no significa estar de acuerdo con lo escuchado. Entonces uno pasa a ser escuchado y si, a todos nos gusta ser escuchados.
Beneficios de la escucha activa:
El primero es que realmente vamos a comunicarnos. Si las dos partes en una conversión participan en la escucha activa, entonces cada persona va a entender a la otra persona y su posición. La buena comunicación es la base para una buena relación. No se puede tener una buena comunicación sin escucha activa.
Cuando se escucha activamente, se está honrando a la otra persona. Esto genera confianza. Escuchar atentamente hace que la gente se abra. Cuando sentimos que estamos siendo escuchados y comprendidos realmente, nos sentimos bien y más dispuestos a compartir nuestros verdaderos sentimientos.
Al escuchar con atención, podemos comprender plenamente el punto de vista de la otra persona. Aunque no siempre se esté de acuerdo. A menudo, esto evita el conflicto. El hecho de saber lo que una persona está pensando realmente y lo que está viviendo ayuda a entenderle mejor.
Para mejorar las relaciones - en casa, en el trabajo y con las amistades – es necesario aprender a escuchar activamente.
“La sabiduría viene de escuchar; de hablar, el arrepentimiento” (proverbio italiano)
Guadalupe Alcaide
Terapeuta transpersonal integral
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.150