Siempre esperamos que el mañana sea mejor que el hoy.
El secreto de la felicidad
¿Cuántas veces has sonreído hoy?
Apuesto a que no puedes responder
esa pregunta con un número exacto, de hecho es posible que no sepas decir si
has sonreído o no. Y es que el ritmo de vida desenfrenado al cual estamos
sometido actualmente nos lleva a no percibir cosas tan importantes como son
nuestros sentimientos.
Ese mismo ritmo de vida, también
nos dificulta el hecho de no disfrutar de aquello que estamos haciendo ya que
casi el 50% de nuestros pensamientos no tienen nada que ver con aquello que
estamos haciendo y esa falta de percepción hace que no seamos capaces de vivir
el momento y disfrutar de ello.
Y es que en muchas ocasiones
estamos realizando alguna tarea y estamos pensando en aquello que haremos
minutos, horas o días después. Y debido
a esto, creamos una sociedad, de la cual formamos parte, que nos exige
constantemente nuevos retos, retos que provocan que nuestras metas diariamente
se estén posponiendo.
Ese afán de querer llegar a una
meta final, donde pensamos que está la felicidad plena, provoca que no seamos
capaces de analizar y disfrutar aquello que estamos viviendo.
Los seremos humanos, recordamos
con anhelo o pena nuestro pasado, sobrevaloramos el futuro y en general, no
sabemos disfrutar del presente. Siempre esperamos que el mañana sea mejor que
el hoy.
De hecho, estamos toda la semana esperando el viernes, todo el
año esperando el verano, a terminar los
estudios, a jubilarnos, a irnos de vacaciones… en realidad estamos toda la vida
esperando la felicidad. Y la felicidad no es más que disfrutar aquello que
vives diariamente con la gente que te rodea. Porque La felicidad no es
un estado que se alcanza, es un camino que se recorre.
¿Qué camino coges tu hoy?
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos
de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad
¿Cuántas veces has sonreído hoy?
Apuesto a que no puedes responder esa pregunta con un número exacto, de hecho es posible que no sepas decir si has sonreído o no. Y es que el ritmo de vida desenfrenado al cual estamos sometido actualmente nos lleva a no percibir cosas tan importantes como son nuestros sentimientos.
Ese mismo ritmo de vida, también
nos dificulta el hecho de no disfrutar de aquello que estamos haciendo ya que
casi el 50% de nuestros pensamientos no tienen nada que ver con aquello que
estamos haciendo y esa falta de percepción hace que no seamos capaces de vivir
el momento y disfrutar de ello.
Y es que en muchas ocasiones estamos realizando alguna tarea y estamos pensando en aquello que haremos minutos, horas o días después. Y debido a esto, creamos una sociedad, de la cual formamos parte, que nos exige constantemente nuevos retos, retos que provocan que nuestras metas diariamente se estén posponiendo.
Ese afán de querer llegar a una
meta final, donde pensamos que está la felicidad plena, provoca que no seamos
capaces de analizar y disfrutar aquello que estamos viviendo.
Los seremos humanos, recordamos con anhelo o pena nuestro pasado, sobrevaloramos el futuro y en general, no sabemos disfrutar del presente. Siempre esperamos que el mañana sea mejor que el hoy.
De hecho, estamos toda la semana esperando el viernes, todo el año esperando el verano, a terminar los estudios, a jubilarnos, a irnos de vacaciones… en realidad estamos toda la vida esperando la felicidad. Y la felicidad no es más que disfrutar aquello que vives diariamente con la gente que te rodea. Porque La felicidad no es un estado que se alcanza, es un camino que se recorre.
¿Qué camino coges tu hoy?
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos
de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad

























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