Antonio Machado: Todo necio confunde valor y precio
Pobre, pero honrado
En tiempos que ya han pasado definitivamente a la historia, porque ya no
se oye, eran muchos los que solían decir “yo soy pobre, pero honrado”, y
lo decían, como se puede suponer, con un toque de orgullo.
Pero todos no pensaban así. Cierto personaje del mundo de las finanzas,
en donde llegó a
ser mucho, solía decir que “uno es un señor mientras no
le pille el guardia”. Este mismo personaje fue uno de los primeros (no
el primero, porque él se lo oyó a otro) en decir aquello de “hay
mentiras pequeñas, mentiras gordas y estadísticas”, y lo decía adoptando
un tono grave y enseguida todos los pelotas asentían y lo catalogaban
como sabio. Ahora lo dicen todos y ya nadie aplaude. Pero no es porque
haya menos pelotas que antes. Como se puede suponer, al final lo pilló
el guardia, pero no lo pilló del todo, porque no fue a la cárcel.
Algunos roban algo y van a la cárcel y otros roban y no devuelven nada
y, a menudo, tampoco van a la cárcel. Algunos dicen que depende de lo
que se robe y quién sea el que robe. Yo ahí ni entro ni salgo.
Si hoy en día alguien dijera eso de pobre, pero honrado, serían muchos
los que lo borrarían; como ya no está de moda decirlo, la gente saca la
calculadora sin empacho, y piensa que un amigo así no interesa. Supongo
que esa falta de interés será del orden de aquello que dijo Antonio
Machado: Todo necio confunde valor y precio.
En la actualidad, falta mucho dinero. Falta en todas partes. Se sabe que
falta porque la gente corriente lo está pagando. Con todo. Con sangre,
con sudor y con lágrimas. Pero hay que seguir pagando, por mucho que se
sude. Lo de llorar es opcional. Falta dinero, pero nadie sabe dónde
está. Ni se le busca tampoco. Y los ricos tienen todas las puertas
abiertas. Y algunos dan lecciones y consejos.
En tiempos que ya han pasado definitivamente a la historia, porque ya no
se oye, eran muchos los que solían decir “yo soy pobre, pero honrado”, y
lo decían, como se puede suponer, con un toque de orgullo.
Pero todos no pensaban así. Cierto personaje del mundo de las finanzas,
en donde llegó a
ser mucho, solía decir que “uno es un señor mientras no
le pille el guardia”. Este mismo personaje fue uno de los primeros (no
el primero, porque él se lo oyó a otro) en decir aquello de “hay
mentiras pequeñas, mentiras gordas y estadísticas”, y lo decía adoptando
un tono grave y enseguida todos los pelotas asentían y lo catalogaban
como sabio. Ahora lo dicen todos y ya nadie aplaude. Pero no es porque
haya menos pelotas que antes. Como se puede suponer, al final lo pilló
el guardia, pero no lo pilló del todo, porque no fue a la cárcel.
Algunos roban algo y van a la cárcel y otros roban y no devuelven nada
y, a menudo, tampoco van a la cárcel. Algunos dicen que depende de lo
que se robe y quién sea el que robe. Yo ahí ni entro ni salgo.
Si hoy en día alguien dijera eso de pobre, pero honrado, serían muchos
los que lo borrarían; como ya no está de moda decirlo, la gente saca la
calculadora sin empacho, y piensa que un amigo así no interesa. Supongo
que esa falta de interés será del orden de aquello que dijo Antonio
Machado: Todo necio confunde valor y precio.
En la actualidad, falta mucho dinero. Falta en todas partes. Se sabe que
falta porque la gente corriente lo está pagando. Con todo. Con sangre,
con sudor y con lágrimas. Pero hay que seguir pagando, por mucho que se
sude. Lo de llorar es opcional. Falta dinero, pero nadie sabe dónde
está. Ni se le busca tampoco. Y los ricos tienen todas las puertas
abiertas. Y algunos dan lecciones y consejos.

























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.21