
Noticias de la Marina Alta
La amistad, clave para la salud mental y el bienestar emocional según Amadem
La amistad no solo enriquece la vida emocional, sino que también es un pilar fundamental para mantener una buena salud mental. Así lo subraya Luisina Davies, psicóloga de la ONG Amadem -la asociación por la salud mental en la Marina Alta-. Davies insiste en que “tener y cuidar amistades repercute directamente sobre nuestro bienestar emocional”.
Según la profesional, las relaciones de amistad sólidas actúan como un potente factor protector frente a problemas como la ansiedad, la depresión o el estrés. “Las amistades brindan apoyo emocional, aumentan la autoestima, fortalecen la confianza y proporcionan un sentido de pertenencia y propósito. Son un espacio seguro para compartir emociones, recibir consuelo y validación, algo esencial en momentos difíciles”, asegura.
Más allá del plano emocional, los beneficios de la amistad tienen un respaldo científico. Estudios recientes demuestran que las personas con lazos sociales fuertes presentan niveles más bajos de cortisol (la hormona del estrés) y mayores concentraciones de oxitocina (la “hormona del amor”). Esta combinación no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece el sistema inmunológico.
“La interacción social regular actúa como un amortiguador frente a los efectos negativos del estrés y otros retos cotidianos”, explica Davies. Las amistades, dice, actúan como “amortiguadores emocionales” que ayudan a desarrollar resiliencia, a afrontar las adversidades de forma más adaptativa y a sentir mayor seguridad ante los desafíos de la vida.
En contraposición, la soledad y el aislamiento social pueden tener consecuencias devastadoras para la salud. Davies advierte que “el riesgo de muerte prematura en personas que sufren aislamiento puede aumentar entre un 26% y un 29%, un impacto comparable al de fumar 15 cigarrillos al día”. Estos datos provienen de recientes estudios que refuerzan la importancia de fomentar relaciones sociales estables y significativas.
“La amistad no solo impacta en nuestro mundo emocional, sino literalmente en nuestra salud”, concluye la psicóloga. “Nuestra capacidad de ver las cosas de forma más positiva y esperanzadora depende, en gran medida, de sentirnos queridos y de querer a otros. Saber que no estamos solos cambia por completo nuestro prisma ante las dificultades”.
Desde Amadem se promueve el acompañamiento, la inclusión social y el fortalecimiento de redes de apoyo como herramientas esenciales para prevenir el deterioro emocional. En un mundo cada vez más acelerado e individualista, la amistad sigue siendo un ancla vital para el equilibrio psicológico y el bienestar integral.
La amistad no solo enriquece la vida emocional, sino que también es un pilar fundamental para mantener una buena salud mental. Así lo subraya Luisina Davies, psicóloga de la ONG Amadem -la asociación por la salud mental en la Marina Alta-. Davies insiste en que “tener y cuidar amistades repercute directamente sobre nuestro bienestar emocional”.
Según la profesional, las relaciones de amistad sólidas actúan como un potente factor protector frente a problemas como la ansiedad, la depresión o el estrés. “Las amistades brindan apoyo emocional, aumentan la autoestima, fortalecen la confianza y proporcionan un sentido de pertenencia y propósito. Son un espacio seguro para compartir emociones, recibir consuelo y validación, algo esencial en momentos difíciles”, asegura.
Más allá del plano emocional, los beneficios de la amistad tienen un respaldo científico. Estudios recientes demuestran que las personas con lazos sociales fuertes presentan niveles más bajos de cortisol (la hormona del estrés) y mayores concentraciones de oxitocina (la “hormona del amor”). Esta combinación no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece el sistema inmunológico.
“La interacción social regular actúa como un amortiguador frente a los efectos negativos del estrés y otros retos cotidianos”, explica Davies. Las amistades, dice, actúan como “amortiguadores emocionales” que ayudan a desarrollar resiliencia, a afrontar las adversidades de forma más adaptativa y a sentir mayor seguridad ante los desafíos de la vida.
En contraposición, la soledad y el aislamiento social pueden tener consecuencias devastadoras para la salud. Davies advierte que “el riesgo de muerte prematura en personas que sufren aislamiento puede aumentar entre un 26% y un 29%, un impacto comparable al de fumar 15 cigarrillos al día”. Estos datos provienen de recientes estudios que refuerzan la importancia de fomentar relaciones sociales estables y significativas.
“La amistad no solo impacta en nuestro mundo emocional, sino literalmente en nuestra salud”, concluye la psicóloga. “Nuestra capacidad de ver las cosas de forma más positiva y esperanzadora depende, en gran medida, de sentirnos queridos y de querer a otros. Saber que no estamos solos cambia por completo nuestro prisma ante las dificultades”.
Desde Amadem se promueve el acompañamiento, la inclusión social y el fortalecimiento de redes de apoyo como herramientas esenciales para prevenir el deterioro emocional. En un mundo cada vez más acelerado e individualista, la amistad sigue siendo un ancla vital para el equilibrio psicológico y el bienestar integral.
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