La Plataforma Defensa Animal denuncia la crisis del agua potable en Teulada Moraira y propone soluciones sostenibles
La Plataforma Defensa Animal, a través de su colaboradora la bióloga Rosa Más González, ha emitido una contundente denuncia sobre la gestión del suministro de agua en Teulada Moraira, recientemente calificado como "no apto para el consumo". Según la plataforma, “el ayuntamiento de Teulada Moraira no ha proporcionado una respuesta clara sobre las causas de esta calificación, lo que ha generado inquietud entre los vecinos y visitantes”.
Rosa Más González señala que el derroche habitual de agua potable y el exceso de sodio en el abastecimiento, sugieren una posible intrusión de agua marina en el acuífero, causada por su sobreexplotación. Según la bióloga, “la solución temporal adoptada por la población, comprando agua embotellada, solo es un pobre parche que va a agravar el problema”.
La Plataforma advierte que el uso de plásticos para el agua embotellada contribuye a la contaminación ambiental. Los envases terminan como residuos en la naturaleza, liberando microplásticos y disruptores endocrinos, sustancias que causan afecciones como diabetes e infertilidad. Además, el agua embotellada se extrae de otros acuíferos que podrían sufrir el mismo destino por sobreexplotación.
Por otro lado, las previsiones climáticas tampoco son muy alentadoras, ya que no se esperan precipitaciones en los próximos días y las temperaturas seguirán siendo elevadas, reduciendo aún más la disponibilidad de agua potable. Ante este panorama, la Plataforma insta a estudiar medidas para revertir la situación, como limitar el consumo, dejar de contaminar y restituir los equilibrios naturales.
Según Rosa Mas, el desarrollo urbanístico y el turismo han llevado a la construcción masiva de viviendas vacacionales con piscinas y jardines, cuya necesidad hídrica es inasumible. Mantener el césped verde implica un gasto enorme de agua y afecta negativamente a los árboles, cuyo sistema radicular se ve alterado, aumentando el riesgo de caída en episodios de vientos fuertes. Mas propone plantar vegetación autóctona, adaptada al clima y que no requiere de tanto riego, para revitalizar el suelo.
La agricultura de regadío es otro gran consumidor de agua. Los monocultivos y el uso de productos químicos de síntesis requieren mayor aporte hídrico y agotan la tierra. La transformación de cultivos tradicionales de secano en regadíos ha perjudicado los ecosistemas locales. La Plataforma aboga por prácticas agrícolas de mínimo impacto, integradas en los ecosistemas naturales y libres de productos químicos.
La industria alimentaria basada en la explotación animal también contribuye significativamente a la pérdida de agua potable. La deforestación para crear pastos y el consumo de agua por parte de los animales son factores críticos. Según datos de la FAO, la producción de un litro de leche de vaca requiere 628,2 litros de agua, mientras que la leche de avena solo necesita 48,24 litros. La producción de carne es aún más intensiva en el uso de agua.
La Plataforma Defensa Animal concluye que una transición hacia un sistema alimentario libre de productos de origen animal y de agrotóxicos, basado en productos locales y de temporada, supondría un enorme ahorro de agua potable y permitiría recuperar ecosistemas silvestres y resilientes. Estas medidas, tanto individuales como colectivas, ya deberían estar siendo adoptadas de manera mayoritaria.

La Plataforma Defensa Animal, a través de su colaboradora la bióloga Rosa Más González, ha emitido una contundente denuncia sobre la gestión del suministro de agua en Teulada Moraira, recientemente calificado como "no apto para el consumo". Según la plataforma, “el ayuntamiento de Teulada Moraira no ha proporcionado una respuesta clara sobre las causas de esta calificación, lo que ha generado inquietud entre los vecinos y visitantes”.
Rosa Más González señala que el derroche habitual de agua potable y el exceso de sodio en el abastecimiento, sugieren una posible intrusión de agua marina en el acuífero, causada por su sobreexplotación. Según la bióloga, “la solución temporal adoptada por la población, comprando agua embotellada, solo es un pobre parche que va a agravar el problema”.
La Plataforma advierte que el uso de plásticos para el agua embotellada contribuye a la contaminación ambiental. Los envases terminan como residuos en la naturaleza, liberando microplásticos y disruptores endocrinos, sustancias que causan afecciones como diabetes e infertilidad. Además, el agua embotellada se extrae de otros acuíferos que podrían sufrir el mismo destino por sobreexplotación.
Por otro lado, las previsiones climáticas tampoco son muy alentadoras, ya que no se esperan precipitaciones en los próximos días y las temperaturas seguirán siendo elevadas, reduciendo aún más la disponibilidad de agua potable. Ante este panorama, la Plataforma insta a estudiar medidas para revertir la situación, como limitar el consumo, dejar de contaminar y restituir los equilibrios naturales.
Según Rosa Mas, el desarrollo urbanístico y el turismo han llevado a la construcción masiva de viviendas vacacionales con piscinas y jardines, cuya necesidad hídrica es inasumible. Mantener el césped verde implica un gasto enorme de agua y afecta negativamente a los árboles, cuyo sistema radicular se ve alterado, aumentando el riesgo de caída en episodios de vientos fuertes. Mas propone plantar vegetación autóctona, adaptada al clima y que no requiere de tanto riego, para revitalizar el suelo.
La agricultura de regadío es otro gran consumidor de agua. Los monocultivos y el uso de productos químicos de síntesis requieren mayor aporte hídrico y agotan la tierra. La transformación de cultivos tradicionales de secano en regadíos ha perjudicado los ecosistemas locales. La Plataforma aboga por prácticas agrícolas de mínimo impacto, integradas en los ecosistemas naturales y libres de productos químicos.
La industria alimentaria basada en la explotación animal también contribuye significativamente a la pérdida de agua potable. La deforestación para crear pastos y el consumo de agua por parte de los animales son factores críticos. Según datos de la FAO, la producción de un litro de leche de vaca requiere 628,2 litros de agua, mientras que la leche de avena solo necesita 48,24 litros. La producción de carne es aún más intensiva en el uso de agua.
La Plataforma Defensa Animal concluye que una transición hacia un sistema alimentario libre de productos de origen animal y de agrotóxicos, basado en productos locales y de temporada, supondría un enorme ahorro de agua potable y permitiría recuperar ecosistemas silvestres y resilientes. Estas medidas, tanto individuales como colectivas, ya deberían estar siendo adoptadas de manera mayoritaria.
























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