La resonancia de una tradición: "Els Rastres" de Moraira
La Junta Vecinal de Moraira Cap D'Or, presidida por Pepa Vidal Oller, revivió este pasado fin de semana una de las más sonoras y pintorescas tradiciones de la localidad: "Els Rastres". Esta costumbre, ahora recuperada, resonaba antaño cada martes de carnaval previo al Miércoles de Ceniza. Se podía ver a los niños y niñas del pueblo recorrer sus calles creando un clamor inconfundible, una titiritaina que marcaba el inicio de una de las festividades más esperadas por los jóvenes moraireros.
![[Img #40202]](https://teuladamorairadigital.es/upload/images/02_2024/551_el-rastres-de-moraira-3.jpg)
La historia cuenta cómo, en aquellos atardeceres de carnaval, las estrechas calles de Moraira se llenaban de un estruendo metálico. Armados con ristras de latas y botes vacíos, unidos por cuerdas que formaban un asa, los niños corrían arrastrándolos para crear la máxima algarabía posible. Esta era su forma de anunciar que habían visitado y alterado ligeramente la decoración de las entradas de algunas casas, un juego inocente que esperaba respuesta de los dueños.
![[Img #40200]](https://teuladamorairadigital.es/upload/images/02_2024/8385_el-rastres-de-moraira-1.jpg)
Casi desaparecida en los años sesenta, esta tradición encapsula el espíritu y la creatividad de una época donde los recursos eran limitados, pero la voluntad de celebrar y mantener vivas las costumbres populares, inquebrantable. La búsqueda de latas y botes tras las Navidades se convertía en una aventura que unía a las familias, preparando con antelación sus "Rastres" para el gran día.
La iniciativa de la Junta Vecinal de Moraira Cap D'Or no solo busca recuperar "Els Rastres" como una festividad, sino también como un símbolo de la riqueza cultural. A través de esta recuperación, se pretende conectar a las nuevas generaciones con las raíces de su pueblo, promoviendo un sentido de identidad y pertenencia.

La Junta Vecinal de Moraira Cap D'Or, presidida por Pepa Vidal Oller, revivió este pasado fin de semana una de las más sonoras y pintorescas tradiciones de la localidad: "Els Rastres". Esta costumbre, ahora recuperada, resonaba antaño cada martes de carnaval previo al Miércoles de Ceniza. Se podía ver a los niños y niñas del pueblo recorrer sus calles creando un clamor inconfundible, una titiritaina que marcaba el inicio de una de las festividades más esperadas por los jóvenes moraireros.
La historia cuenta cómo, en aquellos atardeceres de carnaval, las estrechas calles de Moraira se llenaban de un estruendo metálico. Armados con ristras de latas y botes vacíos, unidos por cuerdas que formaban un asa, los niños corrían arrastrándolos para crear la máxima algarabía posible. Esta era su forma de anunciar que habían visitado y alterado ligeramente la decoración de las entradas de algunas casas, un juego inocente que esperaba respuesta de los dueños.
Casi desaparecida en los años sesenta, esta tradición encapsula el espíritu y la creatividad de una época donde los recursos eran limitados, pero la voluntad de celebrar y mantener vivas las costumbres populares, inquebrantable. La búsqueda de latas y botes tras las Navidades se convertía en una aventura que unía a las familias, preparando con antelación sus "Rastres" para el gran día.
La iniciativa de la Junta Vecinal de Moraira Cap D'Or no solo busca recuperar "Els Rastres" como una festividad, sino también como un símbolo de la riqueza cultural. A través de esta recuperación, se pretende conectar a las nuevas generaciones con las raíces de su pueblo, promoviendo un sentido de identidad y pertenencia.
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