Benitatxell reivindica el legado arqueológico de la Cova de Les Bruixes con un ambicioso estudio de investigación
El Poble Nou de Benitatxell y su emblemática Cova de Les Bruixes vuelven a ser objeto de estudio. El Ayuntamiento ha anunciado un emocionante proyecto de investigación en colaboración con la Universitat d’Alacant, a través del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH). se llevará a cabo una intervención para desarrollar un plan integral de investigación, protección y difusión de este yacimiento.
La Cova de les Bruixes, un valioso yacimiento arqueológico catalogado como Bien de Relevancia Local, será testigo de un plan integral de investigación, protección y divulgación. El proyecto será dirigido por la catedrática de Arqueología Feliciana Sala Sellés junto a un equipo de expertos profesionales e investigadores formado por Neus Antón Espí, José Luís Martínez Boix, Pascual Perdiguero Asensi y Patricia Rosell Garrido. Además, participarán los dos arqueólogos de la Oficina Municipal de Patrimonio, Humberto García Colomina y Alejandro Gomis García.
El Ayuntamiento se compromete a aportar 8.000 euros anuales, durante tres años (prorrogable hasta dos más), además de recursos humanos y técnicos, para la adecuación del terreno.
La principal finalidad del proyecto es detallar un completo estudio arqueológico para entender el contexto histórico del yacimiento, reconstruir su paisaje antiguo y obtener respuestas demostrables de la existencia de un hábitat en el Tossal de l’Abiar-Cova de les Bruixes.
El plan de trabajo incluye la limpieza del área, el estudio de las relaciones estratigráficas entre las construcciones ya excavadas, la revisión de los materiales arqueológicos previamente depositados en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Soler Blasco de Xàbia, y la planificación de nuevas áreas de excavación y prospección. Para ello, se utilizarán tecnologías avanzadas, como modelos fotogramétricos e infografías digitales, para documentar las estructuras descubiertas. La información recopilada se plasmará en informes y memorias científicas, que se publicarán en revistas y congresos especializados.
Además, se elaborará un plan integral para la consolidación de las estructuras descubiertas, su futura musealización y la divulgación del conocimiento sobre la Cova de les Bruixes. También se prevé establecer una serie de colaboraciones con las escuelas y el instituto para desarrollar material didáctico y fomentar el conocimiento y las visitas al yacimiento.
Un yacimiento arqueológico dañado a pesar de los hallazgos encontrados
La Cova de les Bruixes es conocida por ser refugio y guarida de bandoleros y contrabandistas que se hacían pasar por brujas para ahuyentar a los curiosos. La leyenda local narra que derramaban azufre que producía misteriosas llamas alrededor de la cavidad y ello dio lugar al nombre popular con el que se la conoce hoy día.
Su valor histórico radica en los hallazgos encontrados en ella, fruto de excavaciones anteriores, que revelan la existencia un asentamiento de época andalusí centrado en la actividad agrícola y ganadera. No obstante, la zona ha sido gravemente afectada fruto de la acción humana. El terreno ha sido abancalado de forma intensiva desde el siglo XIX afectando, considerablemente, a la fisonomía del área arqueológica. El último ataque provocado contra la cavidad fue la construcción, en los años 90, de una urbanización de 106 viviendas en la cima del Tossal de l’Abiar. Esto ha conllevado la destrucción no solo del entorno del yacimiento, sino también de buena parte de él. Este último ataque indiscriminado se produjo posteriormente a la catalogación arqueológica del entorno en 1987 gracias a la insistencia del arqueólogo municipal de Xàbia, Joaquim Bolufer.
No obstante, no fue hasta el 2000-2001 cuando Bolufer y las arqueólogas Mónica Claramonte y Victoria Domínguez pudieron realizar las primeras intervenciones. En aquel momento, los revelaron la existenia de cerámicas ibéricas pintadas que están expuestas en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Soler Blasco de Xàbia.
Entre los años 2015 y 2018 se llevó a cabo una nueva fase de intervenciones arqueológicas promovidas por el Ayuntamiento bajo la dirección de los arqueólogos Miquel Sánchez y Josep Ahuir y la restauradora arqueológica Anna Viciach. En sus conclusiones, aparece reflejada la existencia de un asentamiento de época andalusí centrado en la actividad agropecuaria, que debió comenzar a abandonarse con la llegada de los conquistadores cristianos a partir de la década de 1240.
El Poble Nou de Benitatxell y su emblemática Cova de Les Bruixes vuelven a ser objeto de estudio. El Ayuntamiento ha anunciado un emocionante proyecto de investigación en colaboración con la Universitat d’Alacant, a través del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH). se llevará a cabo una intervención para desarrollar un plan integral de investigación, protección y difusión de este yacimiento.
La Cova de les Bruixes, un valioso yacimiento arqueológico catalogado como Bien de Relevancia Local, será testigo de un plan integral de investigación, protección y divulgación. El proyecto será dirigido por la catedrática de Arqueología Feliciana Sala Sellés junto a un equipo de expertos profesionales e investigadores formado por Neus Antón Espí, José Luís Martínez Boix, Pascual Perdiguero Asensi y Patricia Rosell Garrido. Además, participarán los dos arqueólogos de la Oficina Municipal de Patrimonio, Humberto García Colomina y Alejandro Gomis García.
El Ayuntamiento se compromete a aportar 8.000 euros anuales, durante tres años (prorrogable hasta dos más), además de recursos humanos y técnicos, para la adecuación del terreno.
La principal finalidad del proyecto es detallar un completo estudio arqueológico para entender el contexto histórico del yacimiento, reconstruir su paisaje antiguo y obtener respuestas demostrables de la existencia de un hábitat en el Tossal de l’Abiar-Cova de les Bruixes.
El plan de trabajo incluye la limpieza del área, el estudio de las relaciones estratigráficas entre las construcciones ya excavadas, la revisión de los materiales arqueológicos previamente depositados en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Soler Blasco de Xàbia, y la planificación de nuevas áreas de excavación y prospección. Para ello, se utilizarán tecnologías avanzadas, como modelos fotogramétricos e infografías digitales, para documentar las estructuras descubiertas. La información recopilada se plasmará en informes y memorias científicas, que se publicarán en revistas y congresos especializados.
Además, se elaborará un plan integral para la consolidación de las estructuras descubiertas, su futura musealización y la divulgación del conocimiento sobre la Cova de les Bruixes. También se prevé establecer una serie de colaboraciones con las escuelas y el instituto para desarrollar material didáctico y fomentar el conocimiento y las visitas al yacimiento.
Un yacimiento arqueológico dañado a pesar de los hallazgos encontrados
La Cova de les Bruixes es conocida por ser refugio y guarida de bandoleros y contrabandistas que se hacían pasar por brujas para ahuyentar a los curiosos. La leyenda local narra que derramaban azufre que producía misteriosas llamas alrededor de la cavidad y ello dio lugar al nombre popular con el que se la conoce hoy día.
Su valor histórico radica en los hallazgos encontrados en ella, fruto de excavaciones anteriores, que revelan la existencia un asentamiento de época andalusí centrado en la actividad agrícola y ganadera. No obstante, la zona ha sido gravemente afectada fruto de la acción humana. El terreno ha sido abancalado de forma intensiva desde el siglo XIX afectando, considerablemente, a la fisonomía del área arqueológica. El último ataque provocado contra la cavidad fue la construcción, en los años 90, de una urbanización de 106 viviendas en la cima del Tossal de l’Abiar. Esto ha conllevado la destrucción no solo del entorno del yacimiento, sino también de buena parte de él. Este último ataque indiscriminado se produjo posteriormente a la catalogación arqueológica del entorno en 1987 gracias a la insistencia del arqueólogo municipal de Xàbia, Joaquim Bolufer.
No obstante, no fue hasta el 2000-2001 cuando Bolufer y las arqueólogas Mónica Claramonte y Victoria Domínguez pudieron realizar las primeras intervenciones. En aquel momento, los revelaron la existenia de cerámicas ibéricas pintadas que están expuestas en el Museu Arqueològic i Etnogràfic Soler Blasco de Xàbia.
Entre los años 2015 y 2018 se llevó a cabo una nueva fase de intervenciones arqueológicas promovidas por el Ayuntamiento bajo la dirección de los arqueólogos Miquel Sánchez y Josep Ahuir y la restauradora arqueológica Anna Viciach. En sus conclusiones, aparece reflejada la existencia de un asentamiento de época andalusí centrado en la actividad agropecuaria, que debió comenzar a abandonarse con la llegada de los conquistadores cristianos a partir de la década de 1240.
























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