Cuarto día del reto Teulada-Grecia en moto: Aventuras en Venecia (Italia) y nuevos encuentros en Rijeka (Croacia)
En el cuarto día de su emocionante viaje, José Ferrer y su hijo Joel vivieron momentos inolvidables. Después de despertarse temprano, se encontraron lidiando con la presión del tiempo mientras intentaban tomar un autobús hacia Venecia. Sin tiempo para desayunar, se apresuraron a prepararse y dejaron sus pertenencias en la recepción y como excepción para entrar en la ciudad de los canales, dejaron la moto aparcada en la casa rural donde pasaron la noche. Con las llaves entregadas, esperaron brevemente antes de abordar el autobús que los llevaría a la mágica ciudad de Venecia.
Una vez en Venecia, se adentraron en un recorrido a pie que los llevó a lugares emblemáticos como los famosos canales y la impresionante Plaza San Marco. Con el deseo de experimentar la ciudad de una manera más tradicional, decidieron contratar un barco y navegar por los encantadores canales venecianos. Fue en esa embarcación donde tuvieron el placer de conocer a una cálida familia de españoles provenientes de Málaga, quienes también estaban disfrutando de la ciudad. Compartiendo similitudes y vivencias, la conversación con los compatriotas fue un deleite. “Siempre es reconfortante encontrarse con españoles en cualquier parte del mundo” señalaban padre e hijo.
Aunque perdieron el autobús de regreso, no se desanimaron. Tomaron otro autobús que los devolvió a la casa rural alrededor de la 1 de la tarde. Al no haber desayunado, se deleitaron con una comida de pasta típica de Italia en la casita rural. Sin embargo, al percatarse de que el tiempo se les había escapado de las manos, decidieron no emprender tantos kilómetros ese día. Su destino final fue Rijeka, una ciudad en la frontera entre Eslovenia y Croacia. Allí encontraron un estudio que, aunque parecía modesto desde el exterior, resultó ser un lugar acogedor y agradable para alojarse. Fue en Rijeka donde tuvieron el placer de entablar amistad con unos entusiastas viajeros australianos y una valiente chica venezolana, quienes recorrían en bicicleta la distancia desde Trogir, Croacia, hasta Suiza en 90 días. La compañía de estos viajeros fue extremadamente agradable y enriquecedora. Aprovecharon su tiempo en Rijeka para visitar el supermercado y, para su sorpresa, descubrieron que se entendían fácilmente, lo que les facilitó la compra de más pasta para preparar una deliciosa pasta boloñesa.
![[Img #39033]](https://teuladamorairadigital.es/upload/images/06_2023/1860_foto-1-viaje-jose-y-joel.jpg)
Desde que dejaron Venecia, José y Joel han sido gratamente sorprendidos por las impresionantes carreteras y la exuberante belleza de la naturaleza que los rodea. Sin embargo, la arquitectura local no ha sido de su total agrado. Después de disfrutar de su comida, salieron nuevamente para socializar con los australianos antes de despedirse. A pesar de los desafíos que se avecinan, planean llegar a Dubrovnik, Croacia, este viernes, a pesar del largo y agotador camino que les espera. Están decididos a recuperar las horas y kilómetros perdidos en el día anterior. A partir de ahora, la conducción se vuelve más complicada y las carreteras comienzan a deteriorarse. Aun así, están dispuestos a enfrentar el desafío. Hoy se espera que recorran una distancia aproximada de 750 km, sin realizar paradas, lo que implicará una duración de conducción de 8 a 9 horas.
Con todo, el cuarto día de viaje estuvo lleno de emociones en Venecia y nuevos encuentros en Rijeka. José y Joel disfrutaron de un recorrido a pie por los icónicos canales de Venecia, contrataron un barco para explorar la ciudad de manera tradicional y tuvieron la suerte de conocer a una familia española con la que compartieron afinidades. A pesar de los retrasos en el itinerario, lograron regresar a la casa rural y disfrutaron de una comida reconfortante antes de detenerse en Rijeka, donde hicieron amistad con viajeros australianos y una valiente ciclista venezolana. Ahora, se preparan para un largo día de conducción rumbo a Dubrovnik, enfrentando desafíos en el camino y ansiosos por seguir acumulando experiencias en su inolvidable aventura.

En el cuarto día de su emocionante viaje, José Ferrer y su hijo Joel vivieron momentos inolvidables. Después de despertarse temprano, se encontraron lidiando con la presión del tiempo mientras intentaban tomar un autobús hacia Venecia. Sin tiempo para desayunar, se apresuraron a prepararse y dejaron sus pertenencias en la recepción y como excepción para entrar en la ciudad de los canales, dejaron la moto aparcada en la casa rural donde pasaron la noche. Con las llaves entregadas, esperaron brevemente antes de abordar el autobús que los llevaría a la mágica ciudad de Venecia.
Una vez en Venecia, se adentraron en un recorrido a pie que los llevó a lugares emblemáticos como los famosos canales y la impresionante Plaza San Marco. Con el deseo de experimentar la ciudad de una manera más tradicional, decidieron contratar un barco y navegar por los encantadores canales venecianos. Fue en esa embarcación donde tuvieron el placer de conocer a una cálida familia de españoles provenientes de Málaga, quienes también estaban disfrutando de la ciudad. Compartiendo similitudes y vivencias, la conversación con los compatriotas fue un deleite. “Siempre es reconfortante encontrarse con españoles en cualquier parte del mundo” señalaban padre e hijo.
Aunque perdieron el autobús de regreso, no se desanimaron. Tomaron otro autobús que los devolvió a la casa rural alrededor de la 1 de la tarde. Al no haber desayunado, se deleitaron con una comida de pasta típica de Italia en la casita rural. Sin embargo, al percatarse de que el tiempo se les había escapado de las manos, decidieron no emprender tantos kilómetros ese día. Su destino final fue Rijeka, una ciudad en la frontera entre Eslovenia y Croacia. Allí encontraron un estudio que, aunque parecía modesto desde el exterior, resultó ser un lugar acogedor y agradable para alojarse. Fue en Rijeka donde tuvieron el placer de entablar amistad con unos entusiastas viajeros australianos y una valiente chica venezolana, quienes recorrían en bicicleta la distancia desde Trogir, Croacia, hasta Suiza en 90 días. La compañía de estos viajeros fue extremadamente agradable y enriquecedora. Aprovecharon su tiempo en Rijeka para visitar el supermercado y, para su sorpresa, descubrieron que se entendían fácilmente, lo que les facilitó la compra de más pasta para preparar una deliciosa pasta boloñesa.
Desde que dejaron Venecia, José y Joel han sido gratamente sorprendidos por las impresionantes carreteras y la exuberante belleza de la naturaleza que los rodea. Sin embargo, la arquitectura local no ha sido de su total agrado. Después de disfrutar de su comida, salieron nuevamente para socializar con los australianos antes de despedirse. A pesar de los desafíos que se avecinan, planean llegar a Dubrovnik, Croacia, este viernes, a pesar del largo y agotador camino que les espera. Están decididos a recuperar las horas y kilómetros perdidos en el día anterior. A partir de ahora, la conducción se vuelve más complicada y las carreteras comienzan a deteriorarse. Aun así, están dispuestos a enfrentar el desafío. Hoy se espera que recorran una distancia aproximada de 750 km, sin realizar paradas, lo que implicará una duración de conducción de 8 a 9 horas.
Con todo, el cuarto día de viaje estuvo lleno de emociones en Venecia y nuevos encuentros en Rijeka. José y Joel disfrutaron de un recorrido a pie por los icónicos canales de Venecia, contrataron un barco para explorar la ciudad de manera tradicional y tuvieron la suerte de conocer a una familia española con la que compartieron afinidades. A pesar de los retrasos en el itinerario, lograron regresar a la casa rural y disfrutaron de una comida reconfortante antes de detenerse en Rijeka, donde hicieron amistad con viajeros australianos y una valiente ciclista venezolana. Ahora, se preparan para un largo día de conducción rumbo a Dubrovnik, enfrentando desafíos en el camino y ansiosos por seguir acumulando experiencias en su inolvidable aventura.
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