Tercer día del reto Teulada-Grecia en moto: Desvíos emocionantes y barreras superadas

En el tercer día de su travesía en moto, José Ferrer y su hijo Joel se despertaron temprano en la mañana, aunque el tiempo se les escapó un poco más de lo esperado. Después de disfrutar de un desayuno reconfortante, observaron con alivio que la moto se encontraba en buen estado. Aunque la falta de un garaje para resguardarla aún les preocupaba, continuaron con determinación.

Partieron de Imperia (Italia), maravillándose con las vistas impresionantes que les ofrecía el camino. Los puentes y túneles se presentaban como auténticas maravillas, con un tramo de más de 100 kilómetros en los que se adentraron en túneles largos y repetidos. Realizaron una parada para repostar y tomar un bocado, renovando energías para el resto del día.

Inicialmente, tenían la intención de dirigirse a Milán, pero pronto se dieron cuenta de que la tienda original de Ferrari se encontraba a unos sesenta-setenta kilómetros de su parada para repostar. Decidieron cambiar su ruta y tomar el desvío hacia Maranello, donde se encontraba la fábrica original y el museo de Ferrari en Módena.

La desviación resultó ser una experiencia que valió la pena. El amor por los motores y el ambiente Ferrari se palpaban en el aire, con numerosas joyas automovilísticas en exhibición. Aunque no pudieron acceder al museo debido a las largas filas, tuvieron la oportunidad de encontrarse con un empleado de pruebas de Ferrari oriundo de Tarragona. Compartieron anécdotas y vivencias, y el empleado reveló detalles curiosos sobre la marca, sumergiéndolos aún más en el mundo de la velocidad y la pasión.

Tras dejar atrás Maranello y retomar su rumbo hacia Venecia, los desafíos continuaron manifestándose en forma de un calor abrasador de 40 grados y el constante tráfico en la carretera. Aunque el recorrido se alegraba con la presencia de camiones de Dénia (Trans Avellà), a quienes saludaban como si fueran conocidos y recibían una respuesta cordial por medio del sonido de los cláxones. A medida que se acercaban a su destino, el dispositivo de navegación se apagó, dejándolos sin guía. Después de recorrer 70 kilómetros sin él y aún estando más cerca de Venecia, decidieron hacer una parada para cargarlo y reservar el alojamiento para la noche.

Tras disfrutar de una cena improvisada con algunos aperitivos y compartir risas, retomaron su ruta hacia el lugar donde habían realizado la reserva. Al llegar a la casa rural, se encontraron con una barrera idiomática que dificultó el proceso de check-in. Sin embargo, tuvieron la suerte de que el anfitrión hablaba francés, lo que les permitió comunicarse y entenderse.

Amablemente, el hombre los condujo hasta la habitación donde descansarían y les permitió estacionar la moto frente a la puerta, en un pequeño jardín, brindándoles una sensación de seguridad y tranquilidad.

En resumen, en el tercer día de su viaje, José Ferrer y Joel partieron temprano en la mañana y llegaron a Venecia alrededor de las 8:30 de la noche, habiendo recorrido unos 600 kilómetros sin cambiar de país.

La idea para la jornada de hoy jueves era en un principio dirigirse hacia Zadar, en Croacia, lo que significaba cruzar Eslovenia en el camino. Aunque tenían en mente visitar Venecia en estas primeras horas de la mañana, sabían que esto podría retrasar su ruta hacia Grecia. Sin embargo, sentían que la experiencia de explorar Venecia valdría la pena. Después de todo, uno de los principales objetivos de su viaje era disfrutar del camino en sí, no solo llegar al destino final.

Una vez en Zadar, esperan poder deleitarse con la belleza de sus playas y su encanto histórico antes de continuar su viaje. La ruta hacia Eslovenia promete ser igualmente fascinante. La emoción por las experiencias que les esperaban y las historias que aún estaban por vivir enriquecían su aventura.

No olvidan que uno de los mayores encantos de viajar en moto es la libertad que les brinda, permitiéndoles desviarse de la ruta planeada en cualquier momento para explorar lugares interesantes que encuentran en el camino. Y eso es precisamente lo que hacen: seguirán su instinto, disfrutando de la carretera, absorbiendo todo lo que los hermosos países por los que pasan tienen para ofrecerles.

Con todo, este viaje estaba demostrando ser una aventura inolvidable llena de sorpresas y anécdotas que, sin duda, recordarían con cariño en el futuro. Hoy, con rumbo a Croacia y Eslovenia, continuarían sumando historias y experiencias a su bagaje de recuerdos. ¡Hasta la próxima actualización de su viaje!