Carta de la madre de una adolescente con Altas Capacidades y TEA: sobre la necesidad de diagnóstico temprano y lucha por la inclusión en el sistema educativo
Hoy he leído una carta de una madre con dos niños con altas capacidades, justificándose de su crianza, hace unos meses, otra madre explicando cómo eran sus hijos con Altas Capacidades, explicando al mundo como son, e incluso otra salió en la TV, como ejemplo, para que la sociedad entienda, que son las Altas Capacidades, cómo viven, cómo se compartan.
Todas ellas tienen en común que tienen hij@s que van a primaria, y estas quieren hacerse escuchar, quieren que la sociedad los entienda, y sobre todo el sistema educativo, por qué dicen que cuando los niñ@s van a la ESO, muchos de estos acaban con fracaso escolar. Pues bien, mi hija ya está en ese punto, y por ello quiero dejar también mi carta como madre.
Me uno a todos los comentarios que dicen que los niñ@s deben ser diagnosticados lo antes posible, para poder ser guiados en su proceso de enseñanza aprendizaje, porque cuando esto no sucede viene el desastre.
Soy Esther, madre de una adolescente de 15 años, la cual fue diagnosticada con 14 años de Altas Capacidades y TEA (Trastorno espectro autista) Nivel 1. Su diagnóstico fue por casualidad, porque ella, en 2º de la ESO, empezó a entrar en depresión, y mucha ansiedad. Así que, la llevé a una psicóloga para que empezara a tratarla y sobre todo para que averiguara qué le pasaba, ya que a nosotros como padres se nos escapaba de las manos, y cuál fue nuestra sorpresa, que nos dijo que muy posiblemente, mi hija tuviese altas capacidades. Resulta que la psicóloga lo vio claro, y empezó a realizar la valoración, para salir de dudas, y en efecto, el resultado final fue, Altas Capacidades. Nunca el sistema educativo lo había visto.
En 3º de la ESO, se puso mucho peor, hasta el punto de llegar a las autolesiones, pensamientos suicidas, varios intentos. Así que, la tuvimos que llevar al psiquiatra, pero después de varios fracasos con ciertos psiquiatras (porque decían que no tenía nada, que solo tenía hiperprotección), encontré a una psiquiatra que fue nuestra salvación, porque ella, en tan solo una hora de estar con mi hija, vio que tenía algo más que la depresión y la ansiedad, le detectó TEA Nivel 1. Claro está que la depresión y la ansiedad, viene de no ser detectada, y que todo ello le ha llevado a tal punto.
Qué fuerte hija mía, a los 15 años, enterarte de quién eres realmente, tienes doble excepcionalidad, todo lo que has tenido que soportar, todo lo que te has perdido, todo el sufrimiento que has tenido que aguantar. Ninguna adaptación curricular, ninguna comprensión.
Ahora entiendo todo, todo me encaja. Su crianza ha sido fácil, pero complicada, y no por ella, sino por los demás, quiero decir, no encajaba, que se aburría, que no entendía, tuvo claro que no quería hacer la comunión, como el resto de sus amigas, y hubo gente que no la entendió, y todo esto para ella, ha sido muy complicado, ha tenido que interpretar un papel no que era el suyo, hasta que su mente no pudo más.
Claro, cómo va a estar la pobre, cansada de una sociedad hipócrita, que te mira de reojo cuando ya no haces lo que hacen los demás. Pobre hija mía, cuanto sufrimiento. Como madre me siento impotente, pero no me cansaré de luchar, nada funciona, porque ni el Sistema Educativo, ni el Sistema Sanitario, ni la sociedad, no se adapta a todos, Inclusión, es lo que quieren, que todos seamos iguales.
Esther Gimeno

Hoy he leído una carta de una madre con dos niños con altas capacidades, justificándose de su crianza, hace unos meses, otra madre explicando cómo eran sus hijos con Altas Capacidades, explicando al mundo como son, e incluso otra salió en la TV, como ejemplo, para que la sociedad entienda, que son las Altas Capacidades, cómo viven, cómo se compartan.
Todas ellas tienen en común que tienen hij@s que van a primaria, y estas quieren hacerse escuchar, quieren que la sociedad los entienda, y sobre todo el sistema educativo, por qué dicen que cuando los niñ@s van a la ESO, muchos de estos acaban con fracaso escolar. Pues bien, mi hija ya está en ese punto, y por ello quiero dejar también mi carta como madre.
Me uno a todos los comentarios que dicen que los niñ@s deben ser diagnosticados lo antes posible, para poder ser guiados en su proceso de enseñanza aprendizaje, porque cuando esto no sucede viene el desastre.
Soy Esther, madre de una adolescente de 15 años, la cual fue diagnosticada con 14 años de Altas Capacidades y TEA (Trastorno espectro autista) Nivel 1. Su diagnóstico fue por casualidad, porque ella, en 2º de la ESO, empezó a entrar en depresión, y mucha ansiedad. Así que, la llevé a una psicóloga para que empezara a tratarla y sobre todo para que averiguara qué le pasaba, ya que a nosotros como padres se nos escapaba de las manos, y cuál fue nuestra sorpresa, que nos dijo que muy posiblemente, mi hija tuviese altas capacidades. Resulta que la psicóloga lo vio claro, y empezó a realizar la valoración, para salir de dudas, y en efecto, el resultado final fue, Altas Capacidades. Nunca el sistema educativo lo había visto.
En 3º de la ESO, se puso mucho peor, hasta el punto de llegar a las autolesiones, pensamientos suicidas, varios intentos. Así que, la tuvimos que llevar al psiquiatra, pero después de varios fracasos con ciertos psiquiatras (porque decían que no tenía nada, que solo tenía hiperprotección), encontré a una psiquiatra que fue nuestra salvación, porque ella, en tan solo una hora de estar con mi hija, vio que tenía algo más que la depresión y la ansiedad, le detectó TEA Nivel 1. Claro está que la depresión y la ansiedad, viene de no ser detectada, y que todo ello le ha llevado a tal punto.
Qué fuerte hija mía, a los 15 años, enterarte de quién eres realmente, tienes doble excepcionalidad, todo lo que has tenido que soportar, todo lo que te has perdido, todo el sufrimiento que has tenido que aguantar. Ninguna adaptación curricular, ninguna comprensión.
Ahora entiendo todo, todo me encaja. Su crianza ha sido fácil, pero complicada, y no por ella, sino por los demás, quiero decir, no encajaba, que se aburría, que no entendía, tuvo claro que no quería hacer la comunión, como el resto de sus amigas, y hubo gente que no la entendió, y todo esto para ella, ha sido muy complicado, ha tenido que interpretar un papel no que era el suyo, hasta que su mente no pudo más.
Claro, cómo va a estar la pobre, cansada de una sociedad hipócrita, que te mira de reojo cuando ya no haces lo que hacen los demás. Pobre hija mía, cuanto sufrimiento. Como madre me siento impotente, pero no me cansaré de luchar, nada funciona, porque ni el Sistema Educativo, ni el Sistema Sanitario, ni la sociedad, no se adapta a todos, Inclusión, es lo que quieren, que todos seamos iguales.
Esther Gimeno
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