Los vecinos afectados por el incendio vuelven a la Vall d’Alcalà y los pueblos del interior
El consorcio provincial informa del fin de los desalojos
La lluvia que cayó en la tarde noche de ayer en el área de la Vall de Gallinera, Vall d’Ebo y Pego ha hecho posible que durante esta mañana los vecinos que habían desalojado sus viviendas debido al incendio forestal hayan podido regresar a sus casas. Eso sí, la imagen que rodea estas poblaciones es desoladora.
Esta redacción ha acudido hasta la Vall d’Alcalà y hemos podido comprobar que la población retornaba a la “normalidad”, rota por el un manto negro de cenizas, una terrible muestra en forma de cicatriz que forma parte de las más de 11.700 hectáreas de superficie devastada por el fuego.
Con todo, los medios de extinción han logrado salvar los núcleos urbanos de las poblaciones que conforman Les Valls, algo que se ha agradecido de forman constante a través de las redes sociales y -siempre que se ha tenido ocasión- de manera personal por los propios vecinos.
![[Img #35703]](https://teuladamorairadigital.es/upload/images/08_2022/7844_incendio-en-les-valls-1.jpg)
Un futuro negro
La pregunta que queda ahora en el aire es qué pasara a partir de mañana y si en este sentido, los campos que “dan de comer” a estas localidades y que se han perdido, tendrán algún tipo de solución desde la administración política, bien sea con una declaración de zona gravemente afectada que les permita recibir ayudas de manera urgente o bien sea a través de cualquier otro tipo de gestión política que no deje desamparados a los vecinos.

La lluvia que cayó en la tarde noche de ayer en el área de la Vall de Gallinera, Vall d’Ebo y Pego ha hecho posible que durante esta mañana los vecinos que habían desalojado sus viviendas debido al incendio forestal hayan podido regresar a sus casas. Eso sí, la imagen que rodea estas poblaciones es desoladora.
Esta redacción ha acudido hasta la Vall d’Alcalà y hemos podido comprobar que la población retornaba a la “normalidad”, rota por el un manto negro de cenizas, una terrible muestra en forma de cicatriz que forma parte de las más de 11.700 hectáreas de superficie devastada por el fuego.
Con todo, los medios de extinción han logrado salvar los núcleos urbanos de las poblaciones que conforman Les Valls, algo que se ha agradecido de forman constante a través de las redes sociales y -siempre que se ha tenido ocasión- de manera personal por los propios vecinos.
Un futuro negro
La pregunta que queda ahora en el aire es qué pasara a partir de mañana y si en este sentido, los campos que “dan de comer” a estas localidades y que se han perdido, tendrán algún tipo de solución desde la administración política, bien sea con una declaración de zona gravemente afectada que les permita recibir ayudas de manera urgente o bien sea a través de cualquier otro tipo de gestión política que no deje desamparados a los vecinos.
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