Yo, mi, me, conmigo
El amor a la imagen de sí mismo es uno de los rasgos principales del narcisista. Yo, mi, me, conmigo, son pronombres personales que tienen mucha relación actual con las voces inglesas: "selfie" o "selfy", cuyo significado más aproximado es autorretrato. Y es que a Narciso, lo que más le gusta es salir en la foto.
Narciso personifica a la perfección la fascinación de
algunos individuos por su imagen. Que su retrato sea visto de forma constante por cientos de
personas forma parte de su planteamiento de trabajo diario. Se podría afirmar
que casi no puede vivir sin sentirse protagonista. Pero se olvida de algo muy
importante y es que esto, tiene un precio.
Por ser capaz, Narciso pacta hasta con el diablo, dejando
atrás los convenios firmados, unilaterales, bilaterales, trilaterales... El
narcisista ofrece su alma al mismísimo Satanás a cambio de favores como puedan
ser: Conocimientos, riquezas, ambición y poder, sobre todo poder.
Jurídicamente -si surge algún problema- los pactos o
convenios firmados tienen una solución,
quizás no siempre de manera inmediata pero solución al fin y al cabo. Los de palabra,
aunque más complejos, suelen tener el mismo recorrido que en los que se estampa
la rúbrica. El problema es cuando se
rompe un pacto con el diablo.
Un día Narciso sintió sed y se acercó a beber a un arroyo.
Al verlo, se fascinó por la belleza de su propio reflejo, sin atreverse a beber
por miedo a dañarlo e incapaz de dejar de mirarlo. Finalmente murió
contemplando su imagen reflejada.
No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del
ángel, que fue ignorancia. Y es que los pactos si no se cumplen pasa lo que
pasa.
Vicente Bolufer
Narciso personifica a la perfección la fascinación de
algunos individuos por su imagen. Que su retrato sea visto de forma constante por cientos de
personas forma parte de su planteamiento de trabajo diario. Se podría afirmar
que casi no puede vivir sin sentirse protagonista. Pero se olvida de algo muy
importante y es que esto, tiene un precio.
Por ser capaz, Narciso pacta hasta con el diablo, dejando atrás los convenios firmados, unilaterales, bilaterales, trilaterales... El narcisista ofrece su alma al mismísimo Satanás a cambio de favores como puedan ser: Conocimientos, riquezas, ambición y poder, sobre todo poder.
Jurídicamente -si surge algún problema- los pactos o convenios firmados tienen una solución, quizás no siempre de manera inmediata pero solución al fin y al cabo. Los de palabra, aunque más complejos, suelen tener el mismo recorrido que en los que se estampa la rúbrica. El problema es cuando se rompe un pacto con el diablo.
Un día Narciso sintió sed y se acercó a beber a un arroyo.
Al verlo, se fascinó por la belleza de su propio reflejo, sin atreverse a beber
por miedo a dañarlo e incapaz de dejar de mirarlo. Finalmente murió
contemplando su imagen reflejada.
No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del
ángel, que fue ignorancia. Y es que los pactos si no se cumplen pasa lo que
pasa.
Vicente Bolufer
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.19