¿Quién pinchó los teléfonos del alcalde?
Luces y sombras en la teoría del espionaje político en el Ayuntamiento de Teulada
Recientemente publicábamos la noticia sobre el archivo de la denuncia del primer edil de Teulada, Antoni Joan Bertomeu, sobre las supuestas escuchas ilegales cometidas sobre su persona. En el artículo ya informábamos entonces del archivo provisional apoyado en el artículo 641 de la Ley de Enjuiciamiento.
La información aparecida en el diario Levante El Mercantil Valenciano en su edición impresa y digital del pasado día 7 de marzo, puso más información al respecto, cuando aseguró que el magistrado encargado del caso concluyó que "los hechos investigados son constitutivos de infracción penal" y que los delitos que podían haberse cometido eran los de escuchas ilegales e interceptación ilegal de las telecomunicaciones.
Desde el Levante se aseguró que "El magistrado admite que no puede llegar más allá. Sostiene en el auto del sobreseimiento provisional que en el informe presentado por la policía junto al oficio de Telefónica «se hace constar que se desconoce a la persona física que pudo contratar las líneas de la posible suplantación o duplicidad»".
Esto significa que en la práctica es imposible dar con el autor de los pinchazos.
La pregunta entonces que queda en el aire es: ¿Quién pinchó los teléfonos del alcalde?
La sombra del espionaje político, teoría principal, lejos de desvanecerse, regresa con más fuerza.
La información aparecida en el diario Levante El Mercantil Valenciano en su edición impresa y digital del pasado día 7 de marzo, puso más información al respecto, cuando aseguró que el magistrado encargado del caso concluyó que "los hechos investigados son constitutivos de infracción penal" y que los delitos que podían haberse cometido eran los de escuchas ilegales e interceptación ilegal de las telecomunicaciones.
Desde el Levante se aseguró que "El magistrado admite que no puede llegar más allá. Sostiene en el auto del sobreseimiento provisional que en el informe presentado por la policía junto al oficio de Telefónica «se hace constar que se desconoce a la persona física que pudo contratar las líneas de la posible suplantación o duplicidad»".
Esto significa que en la práctica es imposible dar con el autor de los pinchazos.
La pregunta entonces que queda en el aire es: ¿Quién pinchó los teléfonos del alcalde?
La sombra del espionaje político, teoría principal, lejos de desvanecerse, regresa con más fuerza.






















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