A contracorriente
Reinventar el pasado
Tan listo debe ser, según él, Pedro Solbes, que en octubre de 2007 ya
previó la crisis económica. En vez de tomar medidas para corregirla,
aseguró en un conocido debate con Manuel Pizarro, que las cosas iban
como la seda. En premio a eso, repitió como ministro de Rodríguez
Zapatero.
Puesto a inventarse méritos de imposible verificación,
el hombre cuenta ahora en sus memorias que en 2009 propuso un plan de
austeridad al presidente del Gobierno que éste se pasó por el forro y
que incluso niega que su ministro se lo hubiese presentado. En vez de
dimitir entonces, Pedro Solbes no lo hizo, como tampoco se le había
ocurrido hacerlo dos años antes, cuando sus primeras discrepancias:
prefirió seguir acomodado en su placentera poltrona ministerial.
Algo
de eso les ha sucedido también a algunos informadores de Canal 9, que
despotrican ahora de las imposiciones sufridas por sus jefes todos los
años que han venido informando en su canal televisivo. ¿Por qué no lo
hicieron en su momento? ¿Por qué no se largaron en desacuerdo con
aquella censura?
Es que a toro pasado todo resulta más fácil.
Hasta las denostadas entidades bancarias reconocen ahora, como acaba de
hacerlo Caixabank, en labios de Teresa Algans, “que no todo lo hemos
hecho bien”. Con esa perífrasis, se refiere a que cuando engañaban a los
pequeños ahorradores con la emisión de obligaciones preferentes no
ignoraban que los estaban estafando.
El común denominador de
todos estos casos es el intentar reescribir el pasado, mostrándolo del
modo más favorable posible a sus dudosas actuaciones. En eso, los
maestros suelen ser los políticos, que presentan como Memoria Histórica
lo que no suele ser más que una falsificación de la Historia. Lo
anticipó George Orwell en su famoso 1984, donde estólidos funcionarios
producían falsos episodios históricos con los que embaucar a las masas, y
lo hicieron realidad los redactores de la Enciclopedia Soviética,
adulterando el pasado a conveniencia de los jefes del partido.
Habrá
que esperar, pues, unos años, para ver cómo justifican los políticos
actuales sus acciones y omisiones de ahora. Nos dirán entonces que no
hicieron lo que vemos que están haciendo y hasta Mariano Rajoy intentará
convencernos de que fue él quien sujetó el paro, acrecentó nuestro
bienestar y cumplió su programa electoral.
Como dice el dicho, vivir para ver.
Tan listo debe ser, según él, Pedro Solbes, que en octubre de 2007 ya
previó la crisis económica. En vez de tomar medidas para corregirla,
aseguró en un conocido debate con Manuel Pizarro, que las cosas iban
como la seda. En premio a eso, repitió como ministro de Rodríguez
Zapatero.
Puesto a inventarse méritos de imposible verificación,
el hombre cuenta ahora en sus memorias que en 2009 propuso un plan de
austeridad al presidente del Gobierno que éste se pasó por el forro y
que incluso niega que su ministro se lo hubiese presentado. En vez de
dimitir entonces, Pedro Solbes no lo hizo, como tampoco se le había
ocurrido hacerlo dos años antes, cuando sus primeras discrepancias:
prefirió seguir acomodado en su placentera poltrona ministerial.
Algo
de eso les ha sucedido también a algunos informadores de Canal 9, que
despotrican ahora de las imposiciones sufridas por sus jefes todos los
años que han venido informando en su canal televisivo. ¿Por qué no lo
hicieron en su momento? ¿Por qué no se largaron en desacuerdo con
aquella censura?
Es que a toro pasado todo resulta más fácil.
Hasta las denostadas entidades bancarias reconocen ahora, como acaba de
hacerlo Caixabank, en labios de Teresa Algans, “que no todo lo hemos
hecho bien”. Con esa perífrasis, se refiere a que cuando engañaban a los
pequeños ahorradores con la emisión de obligaciones preferentes no
ignoraban que los estaban estafando.
El común denominador de
todos estos casos es el intentar reescribir el pasado, mostrándolo del
modo más favorable posible a sus dudosas actuaciones. En eso, los
maestros suelen ser los políticos, que presentan como Memoria Histórica
lo que no suele ser más que una falsificación de la Historia. Lo
anticipó George Orwell en su famoso 1984, donde estólidos funcionarios
producían falsos episodios históricos con los que embaucar a las masas, y
lo hicieron realidad los redactores de la Enciclopedia Soviética,
adulterando el pasado a conveniencia de los jefes del partido.
Habrá
que esperar, pues, unos años, para ver cómo justifican los políticos
actuales sus acciones y omisiones de ahora. Nos dirán entonces que no
hicieron lo que vemos que están haciendo y hasta Mariano Rajoy intentará
convencernos de que fue él quien sujetó el paro, acrecentó nuestro
bienestar y cumplió su programa electoral.
Como dice el dicho, vivir para ver.

























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