A contracorriente
La Valencia de que presumía Camps
Aunque nadie se acuerde, hace menos de 30 meses Paco Camps era investido por tercera vez presidente de la Comunidad Valenciana.
El
hombre no sabía entonces que estaba a punto de dimitir ante el juicio
de los trajes del caso Gürtel y exhibió en aquel acto la fantasía
quimérica de la Valencia irreal en la que creía vivir: “Una de las
regiones más competitivas de Europa”, dijo él. Y eso se debía, claro
está, a que en sus ocho años precedentes de mandato “hemos hecho mucho y
lo hemos hecho bien”.
En su delirio megalómano, el hombre que
iba a dejar a Alberto Fabra una Comunidad en bancarrota —“o cerramos la
RTVV o tenemos que cerrar escuelas y hospitales”, acaba de reconocer el
actual presidente— todavía osaba afirmar que su región era hace dos años
“más atractiva que nunca al mundo”, que contaba con “sectores
productivos líderes” y que se estaba convirtiendo bajo su hábil
dirección “en la plataforma logística del Sur de Europa”.
¿Cabe mayor distorsión de la realidad?
Después
de ser anunciado este mes el cierre de RTVV, sólo faltaría que Bankia
quisiera ejecutar los créditos que concedió al Valencia C.F. para que
desapareciese el último de los símbolos emblemáticos de la Comunidad.
Lo
cierto es que durante la presidencia de Camps hubo que malvender una
Terra Mítica fracasada, naufragó el proyecto de Castellón Cultural
—incluida la jactanciosa Ciudad de las Lenguas—, ha habido que cerrar la
Ciudad de la Luz de Alicante, se encuentra infrautilizada el Ágora de
la Ciutat de les Arts, han desaparecido dos de las cuatro cajas de
ahorros más importantes de España, Castellón tiene un aeropuerto
fantasma, la dársena de Valencia se degrada entre el abandono y la
incuria posteriores a la pretenciosa Copa América, etcétera,
etcétera.Todo eso, sin aludir a la deuda acumulada por La Comunidad, el
déficit presupuestario —mayor que el autorizado por Cristóbal Montoro— y
la morosidad habitual de la Generalitat.
Arreglarlo va a suponer
un esfuerzo titánico para el que muchos dudan esté capacitado un PP en
lógica decadencia tras el tsunami que ha supuesto el paso de Paco Camps
por el Consell. Las encuestas anticipan, por otra parte, que puede ganar
las próximas elecciones sin acercarse a la mayoría absoluta, con lo que
ya se frotan las manos PSPV, Esquerra Unida y Compromís, que podrían
formar un Gobierno tripartito.
Hay quienes opinan que eso sería
pasar de Guatemala a Guatepeor, dados los programas tan disímiles de los
partidos hoy en la oposición. Uno, en su modesta ignorancia, preferiría
entonces un Gobierno de coalición entre populares y socialistas, dada
la magnitud del desastre a solucionar. Si coaliciones de ese tipo son
válidas en países como Alemania, por ejemplo, ¿por qué no habrían de
serlo en España o en la Comunidad Valenciana?
Pues, seguramente, porque nosotros somos más cainitas y menos demócratas que los ciudadanos de esos otros países.
Aunque nadie se acuerde, hace menos de 30 meses Paco Camps era investido por tercera vez presidente de la Comunidad Valenciana.
El
hombre no sabía entonces que estaba a punto de dimitir ante el juicio
de los trajes del caso Gürtel y exhibió en aquel acto la fantasía
quimérica de la Valencia irreal en la que creía vivir: “Una de las
regiones más competitivas de Europa”, dijo él. Y eso se debía, claro
está, a que en sus ocho años precedentes de mandato “hemos hecho mucho y
lo hemos hecho bien”.
En su delirio megalómano, el hombre que
iba a dejar a Alberto Fabra una Comunidad en bancarrota —“o cerramos la
RTVV o tenemos que cerrar escuelas y hospitales”, acaba de reconocer el
actual presidente— todavía osaba afirmar que su región era hace dos años
“más atractiva que nunca al mundo”, que contaba con “sectores
productivos líderes” y que se estaba convirtiendo bajo su hábil
dirección “en la plataforma logística del Sur de Europa”.
¿Cabe mayor distorsión de la realidad?
Después
de ser anunciado este mes el cierre de RTVV, sólo faltaría que Bankia
quisiera ejecutar los créditos que concedió al Valencia C.F. para que
desapareciese el último de los símbolos emblemáticos de la Comunidad.
Lo
cierto es que durante la presidencia de Camps hubo que malvender una
Terra Mítica fracasada, naufragó el proyecto de Castellón Cultural
—incluida la jactanciosa Ciudad de las Lenguas—, ha habido que cerrar la
Ciudad de la Luz de Alicante, se encuentra infrautilizada el Ágora de
la Ciutat de les Arts, han desaparecido dos de las cuatro cajas de
ahorros más importantes de España, Castellón tiene un aeropuerto
fantasma, la dársena de Valencia se degrada entre el abandono y la
incuria posteriores a la pretenciosa Copa América, etcétera,
etcétera.Todo eso, sin aludir a la deuda acumulada por La Comunidad, el
déficit presupuestario —mayor que el autorizado por Cristóbal Montoro— y
la morosidad habitual de la Generalitat.
Arreglarlo va a suponer
un esfuerzo titánico para el que muchos dudan esté capacitado un PP en
lógica decadencia tras el tsunami que ha supuesto el paso de Paco Camps
por el Consell. Las encuestas anticipan, por otra parte, que puede ganar
las próximas elecciones sin acercarse a la mayoría absoluta, con lo que
ya se frotan las manos PSPV, Esquerra Unida y Compromís, que podrían
formar un Gobierno tripartito.
Hay quienes opinan que eso sería
pasar de Guatemala a Guatepeor, dados los programas tan disímiles de los
partidos hoy en la oposición. Uno, en su modesta ignorancia, preferiría
entonces un Gobierno de coalición entre populares y socialistas, dada
la magnitud del desastre a solucionar. Si coaliciones de ese tipo son
válidas en países como Alemania, por ejemplo, ¿por qué no habrían de
serlo en España o en la Comunidad Valenciana?
Pues, seguramente, porque nosotros somos más cainitas y menos demócratas que los ciudadanos de esos otros países.

























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.37