El muerto al hoyo

Desde que el hombre dejó de ser nómada, tiene por costumbre deshacerse de los cadáveres de sus congéneres. Muchos y variados son los ritos y ceremonias que se vinculan a las distintas creencias, y aunque las ventajas de tales ritos eran incuestionables para evitar epidemias e infecciones, no siempre gozó del mejor prestigio social el enterrador, si bien teniendo en cuenta las ventajas de su desagradable función merece un reconocimiento.

Este es el reconocimiento al que aspira Fabra tras enterrar el cadáver en que se ha convertido RTVV. Pero no es un reconocimiento merecido en absoluto, ya que, si RTVV es un cadáver, es porqué ellos, el PPCV, se encargó previamente de matarla.

No tengo duda de que RTVV fuera una institución deficitaria, de la misma manera de que no tengo duda de que, si en vez de dedicarse a manipular cada uno de los informativos para convertir una plataforma pública en un medio de desinformación propagandístico, se hubieran dedicado a hacer de RTVV un medio objetivo y plural, con una oferta cultural atractiva en nuestra legua, habría aportado enormes beneficios a la sociedad valenciana, al menos culturalmente. Así pues, no es el señor Fabra el simple enterrador encargado de dar sepultura a nuestra televisión, sino el verdugo que, después de matarla la entierra o quizás es que estaba aún está moribunda y ya se encargó de rematar-la.

Joaquin Perles Pérez
Portavoz de la coalición Compromís per Calp