Rana

El persistente eco de los tambores de guerra se entremezcla con las señales de humo dispersas por el horizonte...

¿Conseguirán descabalgar al jefe de la tribu, por venganza, (¿venganza de qué?) los mismos que lo auparon por su voluntad absoluta, con premeditación y cambalache incluido?

No se sabe si es porque les salió rana -en este caso, rana autoritaria- pero todo parece indicar que alguien le está machacando desde la poltrona. Eso sí: por debajo de la mesa, sigilosamente y como si se inspirara en el recuerdo de la subida por el palo enjabonado, en julio, allí abajo...

Y no es, en absoluto, que no lo tenga merecido este verdadero experto en meterse en charcos que, en ningún momento supo ni quiso saber por dónde sopla el viento.

Es que ya empieza a resultar insoportable el hedor que desprenden las emboscadas y las  jugadas sucias desde las propias filas de estos políticos que cada día se superan...pero alcanzando mayores cotas de degradación.

Pero, ante todo, calma. Si consiguen echarlo, se presentarán como salvadores...de sí mismos.

Maquiavélico.

Juan García Moll