la gente sobreestima su capacidad para controlar sus impulsos
Deseo cumplido
¿Entre una manzana y un trozo de tarta, que eliges?
Difícil decisión ya que pese a que una gran parte de la población le gustan las manzanas la inmensa mayoría os comeríais antes la tarta que la manzana. A todos/as que habéis elegido la tarta, habéis caído en lo que conocemos como una tentación.
¿Pero que es realmente una tentación?
Mientras que su génesis reside en la doctrina cristiana, la tentación es un impulso, persona o cosa que nos induce a (hacer) algo. De hecho muy frecuentemente en nuestra vida diaria nos enfrentamos a tentaciones más o menos complejas. El que caigamos o no en la tentación depende del autocontrol de nosotros mismos.
El autocontrol es la habilidad que tenemos para controlar las propias emociones, comportamientos y deseos. Por ejemplo, cuando estamos a dieta es nuestro autocontrol el que nos dice que evitemos ese dulce y nos decantemos por la verdura.
Pero cuando aparece una tentación (o deseo) en muchas situaciones somos incapaces de pensar, nos dejamos llevar por nuestra parte más impulsiva e irracional y hacemos aquello que queremos.
De hecho, la mayoría de la gente sobreestima su capacidad para controlar sus impulsos y aquellos que creen estar más seguros de su autocontrol son los más propensos a caer en una tentación, como también puede aparecer en aspectos donde tenemos un exceso de confianza.
Pero el hecho de caer en una tentación no es más que conseguir un deseo, intentar hacer o conseguir algo que al alcanzarlo nos hará feliz, posiblemente durante unos escasos minutos porque después nos invadirá ese sentimiento de culpabilidad llamado remordimiento.
Pero no hay remordimiento peor que el no haber caído en una tentación.
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad
¿Entre una manzana y un trozo de tarta, que eliges?
Difícil decisión ya que pese a que una gran parte de la población le gustan las manzanas la inmensa mayoría os comeríais antes la tarta que la manzana. A todos/as que habéis elegido la tarta, habéis caído en lo que conocemos como una tentación.
¿Pero que es realmente una tentación?
Mientras que su génesis reside en la doctrina cristiana, la tentación es un impulso, persona o cosa que nos induce a (hacer) algo. De hecho muy frecuentemente en nuestra vida diaria nos enfrentamos a tentaciones más o menos complejas. El que caigamos o no en la tentación depende del autocontrol de nosotros mismos.
El autocontrol es la habilidad que tenemos para controlar las propias emociones, comportamientos y deseos. Por ejemplo, cuando estamos a dieta es nuestro autocontrol el que nos dice que evitemos ese dulce y nos decantemos por la verdura.
Pero cuando aparece una tentación (o deseo) en muchas situaciones somos incapaces de pensar, nos dejamos llevar por nuestra parte más impulsiva e irracional y hacemos aquello que queremos.
De hecho, la mayoría de la gente sobreestima su capacidad para controlar sus impulsos y aquellos que creen estar más seguros de su autocontrol son los más propensos a caer en una tentación, como también puede aparecer en aspectos donde tenemos un exceso de confianza.
Pero el hecho de caer en una tentación no es más que conseguir un deseo, intentar hacer o conseguir algo que al alcanzarlo nos hará feliz, posiblemente durante unos escasos minutos porque después nos invadirá ese sentimiento de culpabilidad llamado remordimiento.
Pero no hay remordimiento peor que el no haber caído en una tentación.
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad

























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.213