Reflexiones en voz alta
Se vende burro
En estos días navegando como es habitual en mi persona, por rincones, vericuetos o como quiera llamar el lector, de nuestro océano de datos en Internet, se
abrió en la pantalla de mi ordenador un link curioso cuando menos. Decía: Se
vende burro.
Antes de abrir el vínculo, a mi mente empezaron a llegar las
personas que en estos últimos meses, podrían corresponderse a la perfección con
ese perfil, es más, se podría
deducir que el circulo para otorgar semejante título -de burro - al personaje
en cuestión, se iba cerrando al menos en mi percepción.
¿Quién era digno
merecedor y portador de esta palabra tan
nuestra, tan castiza?
No vayan a pensar
ahora que estoy queriendo insultar a nadie,
nada más lejos de mi intención, tan solo quiero referirme a aquella persona
como actualmente define “burro” el
diccionario español de la lengua de la
Real Academia Española en su vigésima quinta edición y que dice así (entre otros significados) :
- Persona que, a pesar de haber estudiado mucho, no discurre
con inteligencia.
De las demás
acepciones no entro a valorarlas
Una vez terminada la reflexión, procedí a abrir
el vínculo que me había llamado tanto la atención.
Fue entonces, cuando
descubrí que el burro en venta, en
realidad era un asno de apenas un año o lo que es lo mismo, un animal solípedo,
como de metro y medio de altura, de color, por lo común, ceniciento, con las
orejas largas y la extremidad de la cola poblada de cerdas. Es muy sufrido y se
le emplea como caballería y como bestia de carga y a veces también de tiro.
Mi gozo en un pozo.
En estos días navegando como es habitual en mi persona, por rincones, vericuetos o como quiera llamar el lector, de nuestro océano de datos en Internet, se
abrió en la pantalla de mi ordenador un link curioso cuando menos. Decía: Se
vende burro.
Antes de abrir el vínculo, a mi mente empezaron a llegar las personas que en estos últimos meses, podrían corresponderse a la perfección con ese perfil, es más, se podría deducir que el circulo para otorgar semejante título -de burro - al personaje en cuestión, se iba cerrando al menos en mi percepción.
¿Quién era digno merecedor y portador de esta palabra tan nuestra, tan castiza?
No vayan a pensar ahora que estoy queriendo insultar a nadie, nada más lejos de mi intención, tan solo quiero referirme a aquella persona como actualmente define “burro” el diccionario español de la lengua de la Real Academia Española en su vigésima quinta edición y que dice así (entre otros significados) :
- Persona que, a pesar de haber estudiado mucho, no discurre con inteligencia.
De las demás acepciones no entro a valorarlas
Una vez terminada la reflexión, procedí a abrir el vínculo que me había llamado tanto la atención.
Fue entonces, cuando descubrí que el burro en venta, en realidad era un asno de apenas un año o lo que es lo mismo, un animal solípedo, como de metro y medio de altura, de color, por lo común, ceniciento, con las orejas largas y la extremidad de la cola poblada de cerdas. Es muy sufrido y se le emplea como caballería y como bestia de carga y a veces también de tiro.
Mi gozo en un pozo.

























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