la existencia de la discriminación se basa en aquello que conocemos como los estereotipos
Dime qué haces y te diré quien eres
Diariamente caemos, consciente o
inconscientemente, en las garras de la discriminación, no solo racial sino
también social, laboral, por el sexo, por la condición sexual, por padecer trastornos
mentales, etc.….Y es que los seres humanos nos basamos en encasillar a la gente
en función del aspecto más destacable de
una persona, y somos capaces de hacer de ese aspecto el criterio por el cual
una persona debe formar parte de un grupo u otro.
Y es que la existencia de la discriminación se
basa en aquello que conocemos como los
estereotipos, que son creencias, pensamientos y sentimientos hacia ciertas
personas que pertenecen a un grupo determinado. Esta discriminación puede ser
positiva o negativa en función de la valoración tanto personal como social que
tengamos sobre ese estereotipo.
De hecho nuestro comportamiento está sesgado
por aspectos subjetivos de nuestro pensamiento, de nuestra forma de ser, de
aquello que nos han dicho desde pequeños,
qué podemos o no podemos hacer, aquello que es bueno o malo, etc…
En realidad desde pequeños nuestro entorno nos
enseña aquello que socialmente es aceptado y que tiene una valoración positiva
para todos. Nos encauzan hacia el camino que debemos tomar, aquel que no se
sabe quien ha construido pero que es la senda que todos debemos seguir. Así que
cualquier movimiento que haga que ya no vayas por ese camino te hará ser
diferente a los ojos de los demás. En realidad son los prejuicios los que determinan nuestra manera de ver el mundo y
estigmatizan nuestras relaciones.
Y es que los prejuicios son creencias
anteriores a la observación, ya que si antes de dejarnos llevar por nuestros
pensamientos diésemos la oportunidad a la otra persona de conocerla, muchos
prejuicios no aparecerían.
Y es que hay
que sentarse a observar para darle la espalda al prejuicio y así conocer todo ese
mundo que durante tiempo el estereotipo no nos ha dejado ver.
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos
de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad
Diariamente caemos, consciente o inconscientemente, en las garras de la discriminación, no solo racial sino también social, laboral, por el sexo, por la condición sexual, por padecer trastornos mentales, etc.….Y es que los seres humanos nos basamos en encasillar a la gente en función del aspecto más destacable de una persona, y somos capaces de hacer de ese aspecto el criterio por el cual una persona debe formar parte de un grupo u otro.
Y es que la existencia de la discriminación se
basa en aquello que conocemos como los
estereotipos, que son creencias, pensamientos y sentimientos hacia ciertas
personas que pertenecen a un grupo determinado. Esta discriminación puede ser
positiva o negativa en función de la valoración tanto personal como social que
tengamos sobre ese estereotipo.
De hecho nuestro comportamiento está sesgado por aspectos subjetivos de nuestro pensamiento, de nuestra forma de ser, de aquello que nos han dicho desde pequeños, qué podemos o no podemos hacer, aquello que es bueno o malo, etc…
En realidad desde pequeños nuestro entorno nos enseña aquello que socialmente es aceptado y que tiene una valoración positiva para todos. Nos encauzan hacia el camino que debemos tomar, aquel que no se sabe quien ha construido pero que es la senda que todos debemos seguir. Así que cualquier movimiento que haga que ya no vayas por ese camino te hará ser diferente a los ojos de los demás. En realidad son los prejuicios los que determinan nuestra manera de ver el mundo y estigmatizan nuestras relaciones.
Y es que los prejuicios son creencias anteriores a la observación, ya que si antes de dejarnos llevar por nuestros pensamientos diésemos la oportunidad a la otra persona de conocerla, muchos prejuicios no aparecerían.
Y es que hay que sentarse a observar para darle la espalda al prejuicio y así conocer todo ese mundo que durante tiempo el estereotipo no nos ha dejado ver.
Carolina Vallés Martí
Psicóloga. Máster en trastornos
de la conducta alimentaria y trastornos de personalidad

























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