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Viernes, 23 de Noviembre de 2012 Tiempo de lectura:
mientras su hijo viviera lucharía por él

Prostituta y madre

Años atrás, yo aún veía la televisión, de modo que algunos recuerdos me quedan. Uno de ellos se refiere a una prostituta a la que hicieron dos preguntas para alguno de los programas de actualidad. Tenía un hijo drogadicto en la cárcel, por ciertos delitos que había cometido. Y parecía que era habitual, o sea, que encadenaba las condenas.


La buena mujer dijo que mientras su hijo viviera lucharía por él. Y ese es el detalle por el que merece que permanezca en mi recuerdo. Y es que hay personas despreciadas que tienen el corazón mucho más grande que otras a las que se puede catalogar de presuntuosas.


Aunque hay gente que se niega a aceptarlo, hay padres y madres que odian a sus hijos, o a alguno de ellos. Alice Miller es una escritora que habla de esto en sus libros. Cuando vivía y, por tanto, podía mantener su web, recibía en ella multitud de testimonios en este sentido.


Cuando los padres se empeñan en hundir a un hijo suelen conseguir sus propósitos. Juegan con todas las ventajas del mundo. Sus hijos los necesitan y los quieren y confían en ellos. Pero no siempre tienen éxito. Algunas de las víctimas se percatan de la trampa en la que están metidas y luchan. Quizá estos son los que más suerte tienen. Acaso no haya nada peor que ser querido por unos padres malos, porque en este caso se asume y se hace propia su maldad. Por lo menos, quien lucha y sale de ese ambiente adquiere otra forma de pensar y de ser.


Como en este caso se trata de una madre, la prostituta, que quiere a su hijo de todo corazón, conviene fijarse en ellos dos. El hijo probablemente no tuvo opciones en la vida y es posible que su madre fuera la única persona que lo tratara con afecto y cariño. Y puestos a pensar bien, que es lo que toca, acaso gracias a ese cariño de su madre fuera él buena persona. Conviene recordar en este caso a esos señorones o señoronas, henchidos de poder, cuyo corazón es pétreo.


Esas madres (y esos padres) que intentan dañar a sus hijos buscan coartadas y justificaciones para sus actos. Pero aun en el caso de que encuentren muchos, siguen siendo canallas. La citada prostituta era de otra pasta.
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