Mis reflexiones
El sistema educativo: Caminemos
En los tiempos que corren, es prácticamente un tabú poner en tela de
juicio el sistema educativo. Sobretodo si es para pedir mejores
condiciones en el mismo.
El mensaje de los medios de comunicación y gobierno ha calado hondo; la
educación es poco menos que un privilegio o un lujo que en otras épocas se
podía permitir por el estado, y ahora no.
“Que estamos endeudados”, “que no tenemos más remedio”, “que son
medidas temporales y extraordinarias, imprescindibles, dolorosas”, “que no me
entiendo la letra”, etc.
Y una para encuadernar; “La universidad está llena de vagos/vividores”
y el Senado, oiga.
Hemos llegado a dotar un máximo de 5% de nuestro presupuesto a la
educación en 2009,
¿Eso es mucho o poco?
Bien,
si tenemos en cuenta que en el mismo
período Francia dotó su sistema educativo con un 5,9% Chipre aportó 7,9%
Argentina 6% Costa Rica 6,3% y Cuba un 13,1% por poner algunos ejemplos
dispares. No hablamos de que estos países tengan
una educación mejor que la nuestra, en absoluto. Hay muchos factores
externos
que determinarían dicha afirmación. Sin embargo, es revelador este
porcentaje
púes habla de una cuestión de prioridades en el reparto presupuestario de esos
estados.
Partiendo de ahí, lo cierto es que la educación en general, viene
siendo víctima en los últimos años de un particular expolio que este año se materializa en un total
de 623 millones de euros menos en el presupuesto destinado a Educación, lo que
supone un 21,9% menos que el año pasado.
Podemos llegar a pensar que con la subida de tasas universitarias que
se han situado cercanas al 50% en muchos casos, dicho sacrificio habrá
conducido al menos a mantener el nivel presupuestario, pero no.
El hachazo es peor si cabe en la universidad, ya que la misma sufrirá una reducción del 62,5%, pasando de los 399,6
millones de euros en 2011 a 149,6 millones en 2012. Una auténtica estocada que
deja tambaleante el modelo universitario español.
Por lo general, aquellos países que adoptan modelos en los cuales la
educación universitaria es pagada "a medias" entre Estado y estudiantes, vienen
acompañados de un considerable aumento en becas. En el caso español, las becas se han
endurecido, con unos requisitos académicos cada vez más elevados, lo cuál plausiblemente
reducirá el número de becados de forma clara.
Las comparaciones son odiosas:
Si se nos ocurre subirnos al maltrecho pupitre y mirar por encima de
los Pirineos, vemos a Hollande, y su plan de construir 40.000 viviendas para
universitarios en los cinco años de mandato que le restan, además de hacer algo
fundamental, modificar el sistema de becas, para que la renta prime como criterio de
concesión de las ayudas sobre otros factores (importantes, pero no
determinantes).
Con esto, el gobierno francés busca fundamentalmente que los
universitarios galos no tengan que trabajar medio día en el Mc Donalds para sufragar sus estudios, algo
que aumenta notablemente el riesgo de fracaso en los mismos y por consiguiente un mayor gasto
para el Estado.
Como suele pasar en estos casos, preferimos no mirar más hacia el
norte para no sentirnos peor aún. Si esto es Francia, ¿que será Noruega,
Dinamarca o Suecia?
Nos bajamos del pupitre pues y nos consolamos mirando de reojo hacia
los países en vías de desarrollo, o países que al menos, no son tan prósperos y
desarrollados como nuestro vecino francófono.
Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chipre, Malta son buenos ejemplos de países en los cuales la
educación universitaria es gratuita.
Imagino
que en muchos de
estos países, las universidades no dispondrán de tantos medios
materiales y docentes. Imagino que tendrán sus carencias, sus defectos,
sus puntos flacos.
Pero es lo cierto es que da para
una profunda reflexión el hecho de que algunos estados como estos hayan
conseguido desarrollar tales modelos, que sería conveniente no englobar y analizar
separadamente.
Hay alternativas, creo firmemente que recortar
indiscriminadamente en educación es hipotecar el futuro de los que vienen. Y me
niego a apoyar tamaña atrocidad.
Una educación gratuita, (o no), pero con un buen sistema de becas, que
la haga accesible a todo el pueblo es posible, decirlo a día de hoy es utópico, pero como dice el
gran Eduardo Galeano:
“La utopía
está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte
se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso,
sirve para caminar.”
Caminemos.
Fernando López Corsi
En los tiempos que corren, es prácticamente un tabú poner en tela de
juicio el sistema educativo. Sobretodo si es para pedir mejores
condiciones en el mismo.
El mensaje de los medios de comunicación y gobierno ha calado hondo; la
educación es poco menos que un privilegio o un lujo que en otras épocas se
podía permitir por el estado, y ahora no.
“Que estamos endeudados”, “que no tenemos más remedio”, “que son
medidas temporales y extraordinarias, imprescindibles, dolorosas”, “que no me
entiendo la letra”, etc.
Y una para encuadernar; “La universidad está llena de vagos/vividores”
y el Senado, oiga.
Hemos llegado a dotar un máximo de 5% de nuestro presupuesto a la
educación en 2009,
¿Eso es mucho o poco?
Bien,
si tenemos en cuenta que en el mismo
período Francia dotó su sistema educativo con un 5,9% Chipre aportó 7,9%
Argentina 6% Costa Rica 6,3% y Cuba un 13,1% por poner algunos ejemplos
dispares. No hablamos de que estos países tengan
una educación mejor que la nuestra, en absoluto. Hay muchos factores
externos
que determinarían dicha afirmación. Sin embargo, es revelador este
porcentaje
púes habla de una cuestión de prioridades en el reparto presupuestario de esos
estados.
Partiendo de ahí, lo cierto es que la educación en general, viene
siendo víctima en los últimos años de un particular expolio que este año se materializa en un total
de 623 millones de euros menos en el presupuesto destinado a Educación, lo que
supone un 21,9% menos que el año pasado.
Podemos llegar a pensar que con la subida de tasas universitarias que
se han situado cercanas al 50% en muchos casos, dicho sacrificio habrá
conducido al menos a mantener el nivel presupuestario, pero no.
El hachazo es peor si cabe en la universidad, ya que la misma sufrirá una reducción del 62,5%, pasando de los 399,6
millones de euros en 2011 a 149,6 millones en 2012. Una auténtica estocada que
deja tambaleante el modelo universitario español.
Por lo general, aquellos países que adoptan modelos en los cuales la
educación universitaria es pagada "a medias" entre Estado y estudiantes, vienen
acompañados de un considerable aumento en becas. En el caso español, las becas se han
endurecido, con unos requisitos académicos cada vez más elevados, lo cuál plausiblemente
reducirá el número de becados de forma clara.
Las comparaciones son odiosas:
Si se nos ocurre subirnos al maltrecho pupitre y mirar por encima de
los Pirineos, vemos a Hollande, y su plan de construir 40.000 viviendas para
universitarios en los cinco años de mandato que le restan, además de hacer algo
fundamental, modificar el sistema de becas, para que la renta prime como criterio de
concesión de las ayudas sobre otros factores (importantes, pero no
determinantes).
Con esto, el gobierno francés busca fundamentalmente que los
universitarios galos no tengan que trabajar medio día en el Mc Donalds para sufragar sus estudios, algo
que aumenta notablemente el riesgo de fracaso en los mismos y por consiguiente un mayor gasto
para el Estado.
Como suele pasar en estos casos, preferimos no mirar más hacia el
norte para no sentirnos peor aún. Si esto es Francia, ¿que será Noruega,
Dinamarca o Suecia?
Nos bajamos del pupitre pues y nos consolamos mirando de reojo hacia
los países en vías de desarrollo, o países que al menos, no son tan prósperos y
desarrollados como nuestro vecino francófono.
Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chipre, Malta son buenos ejemplos de países en los cuales la
educación universitaria es gratuita.
Imagino
que en muchos de
estos países, las universidades no dispondrán de tantos medios
materiales y docentes. Imagino que tendrán sus carencias, sus defectos,
sus puntos flacos.
Pero es lo cierto es que da para
una profunda reflexión el hecho de que algunos estados como estos hayan
conseguido desarrollar tales modelos, que sería conveniente no englobar y analizar
separadamente.
Hay alternativas, creo firmemente que recortar
indiscriminadamente en educación es hipotecar el futuro de los que vienen. Y me
niego a apoyar tamaña atrocidad.
Una educación gratuita, (o no), pero con un buen sistema de becas, que
la haga accesible a todo el pueblo es posible, decirlo a día de hoy es utópico, pero como dice el
gran Eduardo Galeano:
“La utopía
está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte
se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso,
sirve para caminar.”
Caminemos.
Fernando López Corsi

























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