a causalidad o principio metafísico nos muestra la realidad
Tú puedes ir más rápido, pero nosotros llegamos a cualquier lugar
Ese
mensaje lo pude leer en estos días en la parte trasera de un vehículo de los
conocidos como 4x4. Su aspecto era el de los clásicos aventureros de toda la
vida como los que muchos de nosotros en algún momento de nuestra niñez hemos
sostenido en nuestras manos, recreando carreteras imaginarias en montañas o desiertos por donde estos “todo
terreno” sorteaban en nuestros pensamientos cualquier tipo de obstáculos. ![[Img #11052]](upload/img/periodico/img_11052.jpg)
En
muchas ocasiones por las circunstancias personales vivimos momentos más o menos…vamos a llamarlos agridulces, en
los que nos planteamos cuestiones existenciales, sin hallar una respuesta clara
a lo que está sucediendo a tu alrededor, pero he aquí que la causalidad o
principio metafísico que nos muestra la realidad, se descubre ante uno, así,
sin más.
Muchos
seres humanos por su condición a la hora de ocupar determinados cargos se creen
que pueden controlarlo todo y para esto se ayudan del ordeno y mando ya que de
lo contrario el subordinado de turno y lo que es peor el ciudadano común, tiene
que “atenerse a las consecuencias”. De
este modo empiezan a coger estos personajes o al menos así lo deben sentir
ellos, cierta velocidad.
Cuando te
das cuenta que has tropezado con alguien similar al descrito, la mejor solución
sin duda es darles el paso y dejar que
ellos solos y su velocidad terminen por estrellarse contra el primer obstáculo que se cruce por el camino, tan solo por
querer llegar antes que nadie a quién sabe dónde.
Quizás
y solo quizás si levantan el pie del acelerador podrán leer en la parte trasera
de alguno de los "vehículos" que adelantan en su camino la frase de: Tú puedes ir más rápido, pero nosotros
llegamos a cualquier lugar.
Ese
mensaje lo pude leer en estos días en la parte trasera de un vehículo de los
conocidos como 4x4. Su aspecto era el de los clásicos aventureros de toda la
vida como los que muchos de nosotros en algún momento de nuestra niñez hemos
sostenido en nuestras manos, recreando carreteras imaginarias en montañas o desiertos por donde estos “todo
terreno” sorteaban en nuestros pensamientos cualquier tipo de obstáculos. ![[Img #11052]](upload/img/periodico/img_11052.jpg)
En muchas ocasiones por las circunstancias personales vivimos momentos más o menos…vamos a llamarlos agridulces, en los que nos planteamos cuestiones existenciales, sin hallar una respuesta clara a lo que está sucediendo a tu alrededor, pero he aquí que la causalidad o principio metafísico que nos muestra la realidad, se descubre ante uno, así, sin más.
Muchos seres humanos por su condición a la hora de ocupar determinados cargos se creen que pueden controlarlo todo y para esto se ayudan del ordeno y mando ya que de lo contrario el subordinado de turno y lo que es peor el ciudadano común, tiene que “atenerse a las consecuencias”. De este modo empiezan a coger estos personajes o al menos así lo deben sentir ellos, cierta velocidad.
Cuando te das cuenta que has tropezado con alguien similar al descrito, la mejor solución sin duda es darles el paso y dejar que ellos solos y su velocidad terminen por estrellarse contra el primer obstáculo que se cruce por el camino, tan solo por querer llegar antes que nadie a quién sabe dónde.
Quizás y solo quizás si levantan el pie del acelerador podrán leer en la parte trasera de alguno de los "vehículos" que adelantan en su camino la frase de: Tú puedes ir más rápido, pero nosotros llegamos a cualquier lugar.

























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